La Violencia en el Noviazgo
 

Efectos de la violencia en el noviazgo
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

  • Depresión

La mujer puede ser afectada por una depresión que después la puede llevar a intentos de suicidio. ¿Por qué? Porque está viviendo una situación muy estresante; tal vez está siendo presionada por el novio para tener relaciones sexuales, tal vez está sufriendo porque el muchacho es grosero, la tiene intimidada o controla su vida. Sufre un estrés muy grande que la puede llevar a una depresión y, al sentir que ya no puede salir de esa jaula en la cual ha caído, puede intentar suicidarse.

  • Baja autoestima

Cuando hay violencia en el noviazgo la mujer recibe una señal de “no importo, no valgo”. Es increíble como muchas de ellas quieren seguir en la relación; al recibir ese tipo de mensajes lo que deben asumir es “si a él no le intereso, yo tengo una dignidad y no tengo porqué dejarme pisotear, aquí terminó todo y con permiso.”

Pero a veces puede ser la mujer sea muy soberbia y diga: “pues me lo voy a ganar a como dé lugar” y ahí están tratando de ganar al hombre, recibiendo un trato terrible y a veces hasta perdiendo toda dignidad. Por otro lado, puede estar intimidada, desanimada, sin fuerzas, sin apoyo ni ayuda para salir de esa situación, y sintiéndose encadenada. Al perder la autoestima ya no se valora, no se respeta y se deja hacer lo que sea.

  • Bajo rendimiento escolar

Es cuando el noviazgo se da en la edad de secundaria o preparatoria. Como hay muchos cambios de tipo hormonal la joven no se puede concentrar en sus estudios, está pensando en los problemas con el novio, en que ya tuvo una relación sexual y está muy preocupada porque a lo mejor tiene un embarazo o una enfermedad.

  • Reproducción de la violencia

La violencia se aprende. Hay estudios que muestran que la violencia se aprende debido a las conductas que se están dando alrededor de las personas. Por lo tanto, una mujer que está sufriendo algún tipo de violencia tiene que tomar ciertas decisiones para evitar eso o simplemente dejar la situación como está y seguir sufriendo la violencia.

El hombre se acostumbra a estar bajo ese tipo de actitud y a lo mejor ya no quiere estar con esa mujer y va a busca otra y con la otra sigue con la misma violencia. Es un cuadro que se repite entre los jóvenes, una forma de comportamiento que se va imitando y generalizando entre las parejas.

En alguna ocasión, una joven llegó a decir: “mi noviazgo es normal, a veces peleamos, nos golpeamos, él me pega y yo le doy una cachetada o él me da una patada, pero todo está bien.” Nada de eso es normal, lo que debería prevalecer es el respeto, el buen trato.

Existen actitudes que toman las mujeres, como decir: “con mi amor yo lo voy a ganar; con mi amor lo voy a convencer y lo voy a cambiar.” Mire, no hay mentira más grande que esa; si algunos han logrado eso son muy escasos, sumamente escasos.

Es muy difícil que una persona pueda ser cambiada por otra, Victoria comenta que cuando su novio la golpeó por primera vez, su familia intentó obligarla a denunciarlo, pero ella se negó justificando esa conducta con los problemas familiares que el tenía. “Él es así porque tiene problemas en su casa y si lo quiero, debo entenderlo.”

¿Cuántas personas piensan de esta manera? Muchas mujeres dicen cosas como “hay que entenderlo”, “es que yo lo amo”, “pobrecito, tiene muchos problemas, hay que ayudarlo”. Yo no estoy en contra de que hay que ayudar a las personas, definitivamente es cierto, pero otra cosa es ayudarlos a costa de tu dignidad y de tu propia integridad física, no es por ahí la forma de resolver las cosas.

Una persona que durante el noviazgo se haya acostumbrado a decir groserías, a dar malos tratos o a ser muy celoso, durante el matrimonio es altamente probable que sea peor. ¿Por qué? Por lo que explicábamos anteriormente: en el noviazgo no hay un compromiso formal.

Una vez que se formaliza y que existe un pacto en donde se firma ante un registro civil y se confirma con una boda, la pareja entiende que hay ciertos derechos y que ya hay un sentido de pertenencia. Ese sentido de pertenencia puede hacer que la persona que es sumamente celosa, se vuelva más celosa porque ya tiene argumentos: “eres mía y nada más”. Entonces se pueden recrudecer ese tipo de actitudes; si durante el noviazgo había golpes jugando, puede suceder que se repita, es muy probable, pero ya en serio dentro del matrimonio.

Existen esos roles entre varón y mujer en una sociedad en donde el varón domina a la mujer; a parte agréguele ese concepto de amor platónico que todo lo puede y todo lo vence. Las mujeres quedan enredadas con un marido muy violento y agresivo, pero “yo lo amo, lo voy a servir”.

No es despreciable esa clase de amor, pero hay que entender las cosas: la realidad es que la gran mayoría de los hombres no cambian así. No es la manera correcta de amar porque usted se está denigrando al dejarse golpear.

El verdadero amor
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