ĦAuxilio, mi alma se hunde!

Dios y la ansiedad

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hemos visto el lado científico de este trastorno, pero ¿qué dicen las Sagradas Escrituras? ¿Cuál es el punto de vista de Dios con respecto a la ansiedad?

En el salmo 120 dice: “al Señor clamé estando en angustia y El me respondió, libra mi alma, oh Señor.” Esta oración nace de un corazón que está en angustias, puede nacer de una persona como tú que estás atravesando por una situación difícil.

Muchísimos consejeros familiares y psicoterapeutas están de acuerdo que la oración puede traer enormes resultados benéficos a la persona que en su estado de angustia aprende a tomar la dirección correcta, no el suicidio, no las drogas, no el alcohol, no la desesperación. La ruta correcta es Dios.

Dios, el Ser Supremo, el Todopoderoso, el Siempre existente, aquel que creó los cielos y la tierra, el que nos da el sustento diario, aquel que es bondadoso y misericordioso contigo responderá rápidamente, será sensible cuando en tu estado de angustia lo buscas a El.

¡Cuánta gente tiene un intenso deseo de paz! Muchos de nosotros, cuánto anhelamos ese estado de sosiego y tranquilidad, que esas ansiedades terribles que nos agobian desaparezcan. Creo que el grito de esas personas que pueden decir: Auxilio, mi alma se hunde, es también: Necesito paz.

La paz es un estado precioso de bienestar interno del alma donde ese ser interno se siente completo, satisfecho, contento, cualquiera sea su situación, es un estado de tranquilidad, de salud. Es un estado tan hermoso que se puede vivir y que Dios lo da.

A Dios podemos expresarle de diferentes maneras por medio de la oración cuánta ayuda necesitamos. Y ¿cuál es la promesa de las Sagradas Escrituras? La promesa es: Dios es fiel.

¿Responde Dios al hombre angustiado? ¿Responde Dios a la mujer que atraviesa momentos ¿difíciles? Claro que sí. Dios es sensible, Dios es receptivo, bondadoso y libra tu alma de ese cieno de arenas movedizas que te están tragando cada día.

¿Te asfixian tus preocupaciones, te roban el sueño, te vuelven intranquilo, malhumorado o intranquilo? Hay respuesta. ¡Claro que hay esperanza!

Dios envió a su hijo Jesús, el Salvador de este mundo, el único que puede ayudarte, que tiene el amor, que fue a una cruz a llevar todos nuestros pecados y ofensas, nuestros rencores, odios, ansiedades y frustraciones.

Y si estamos dispuestos a cambiar totalmente y a volver nuestro corazón a El, El responderá. Confiemos en él,

Él es la esperanza en esta época de angustia.

Él es tu esperanza: Jesús.

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