Hecho en Casa II – El hogar, un lugar de formación

El fundamento especial para la vida saludable de la familia

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Continuamos con este mensaje, que tiene como propósito el poder valorar la importancia del hogar como el lugar de formación de nuestros hijos.

Hoy veremos descubrimientos asombrosos acerca de la importancia de una atmósfera sana en el hogar ya que es de suma importancia para el desarrollo emocional, mental, físico y espiritual de nuestros hijos.

No cabe duda que Dios puso dentro del ser humano el poder del intelecto, la toma de decisiones, y cuando éstos se desarrollan y se llevan a una etapa de madurez adecuada, los adultos son eficaces para tomar bien las decisiones en la vida, para no ir rumbo al fracaso, sino al contrario llevar una vida llena de fruto.

Son las relaciones entre padres e hijos el fundamento especial en la vida saludable de la familia.

Habrás escuchado ,quizás, de personas que tienen dificultad para relacionarse con otras personas, estas, son aquellas que tienen pobre autoestima, o son personas que sufren traumas de distintas clases, que no se aman a sí mismas, de tal manera que estarán procurando siempre el buscar sólo su propia felicidad y no se interesarán en buscar la felicidad de otras personas.

Esto es muy importante si lo aplicamos a un padre de familia. Por ejemplo, aquel hombre o aquella mujer que no se ama a sí mismo, que tiene un complejo, un trauma, que sufrió un rechazo en su niñez por parte de sus propios padres y llega a la etapa adulta, inmaduro, será incapaz de poder relacionarse con sus hijos, de poder ser afectuoso, de poder acercarse a ellos y mostrarles el cariño, el amor, el consejo que tanto necesitan. A este tipo de padre le será imposible relacionarse.

Una persona egoísta, que sólo piensa en sí misma y no piensa en los demás, no sabrá relacionarse, pues le gustará hablar mucho, le gustará que todos la escuchen, pero no sabrá escuchar a otros y entablar una verdadera comunicación, ya que comunicar no es sólo hablar, sino escuchar también.

Nuestros hijos necesitan esa clase de padres, que sepan escuchar, que tengamos la paciencia de sentarnos a oír sus diferentes formas de opinar y no solamente combatirlas porque no se parecen a las nuestras.

Vemos entonces que cuando una persona se enfoca en sí misma y no en los demás, tendrá probabilidades muy altas de no poder relacionarse.

Es vital que nuestros hijos aprendan a relacionarse
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