El perdón trae libertad verdadera III: “El perdón rompe la cadena de odio”

Heridas del pasado

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Cuantas cosas te pueden estar sucediendo el día de hoy, por consecuencia de haber sufrido algo en tu vida, hemos mencionado que en esta vida se sufre y muchas de las ocasiones se sufre injustamente por otros, sin deberla, ni temerla.

Una mujer por ejemplo que llega a su matrimonio feliz, enamorada, ella espera de su matrimonio lo mejor, quizás es la felicidad que se ha prometido a sí misma, la meta que se ha trazado en su vida, pero pasan los años y se encuentra con tristeza, con desventura de que aquel romance se terminó y comienzan los pleitos, los enojos, la diferencia en el matrimonio y está mujer se siente defraudada por su propio esposo, sus esperanzas no se realizaron y esto trae como consecuencia frustración, rencor, resentimiento hacia esa situación.

Cuántas personas vivían en este estado de “cautividad” así vamos llamarlo, se encuentran encadenados al pasado, no has sido libre de tu pasado recuerdas los malos tratos en tu infancia, si tu padre fue borracho, golpeador, si abuso de ti verbalmente, sexualmente, o prefirió a otros hermanos más que a ti etc.

¿Te tiene el pasado atado al rencor? Es como si vivieras con una bola de acero pegada a tu pie con una cadena, quieres hacer algo y no lo logras, quieres ser feliz y no puedes, quieres poderte relacionarte con las personas y no lo logras, en fin tu vida está en cadena, encadena a un recuerdo, encadena a un pasado, encadenada a una situación que ha traído dolor, tristeza, dolor, vacio, temor a tu vida.

Hoy quiero decirte que tú puedes ser libre de esa cadena, el perdonar rompe la cadena del odio, leímos la semana pasada en las Sagradas Escrituras Hebreos 12: 14-15, cuando nuestro Señor Jesucristo dice así: “Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor , mirad bien no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean contaminados”, aquí las escrituras nos hablan de seguir la paz con todos, vivimos en medio de tanta adversidad que las relaciones humanas se complican en la familia, en el trabajo.

Nos ha alcanzado una gran crisis moral donde los valores familiares se deterioran, los valores morales en las personas se deterioran, la crisis económica se acelera, la ansiedad, el temor a la expectación de las cosas que han de venir, desempleo, más violencia, los vicios mismos, han generado mucha violencia en el hogar, todo esto de alguna manera nos paraliza y nos lleva a perder la paciencia y aun no caemos en cuenta de las dimensiones de la lucha, todo esto nos lleva a volvernos incrédulos, sin esperanza y  a estar más propensos a debilitarnos y a resentirnos.

El desaliento ante las circunstancias adversas, quiero decirte que la vida no es fácil y se vuelve más difícil cuando no sabemos cómo hacerle frente a la adversidad en las relaciones humanas, tal como acabamos de citar, seguid la paz con todos, el desaliento ante las circunstancias adversas hace que la vida sea difícil, es como cuando el cuerpo (físico) se debilita, está más propenso a enfermarse, así también nosotros cuando nuestra alma se encuentra debilitada por guardar resentimientos, por guardar rencor, por acumular odio a través de los años, por circunstancias que nos dañaron, nos hirieron, de la misma manera podremos darnos cuenta que nuestra alma se debilita.

Las relaciones humanas mejorarán muchísimo cuando se entiende la adversidad entre las relaciones humanas y aprendemos a seguir la paz con todos, con el vecino, con el de enfrente, con el compañero del trabajo, con el esposo, en la escuela, con los hijos, con los familiares, en fin, con las personas que nos rodean.

¿Qué es la amargura?
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