¿Dónde está papá? II Parte: “Las consecuencias del padre fantasma”

Instruir y educar es amar

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Los padres de verdad, repito, no son los que traen niños al mundo, sino quienes los crían, los que están dedicando su vida entera a la crianza, a la formación de sus propios hijos.

El amor es una responsabilidad más que una emoción, y un padre que verdaderamente ama a sus hijos se siente responsable por ellos.

Por eso, insistimos muchísimo en ese principio de la Escritura en Proverbios 22:6, que dice:

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.

¿Cuál es la etapa de instrucción más importante que menciona Dios? Cuando se es niño.

Instruirlos implica que tus hijos vean en tu vida que los amas, que ellos te interesan, jugar con ellos, pasar tiempo con ellos, que vean a papá amar a su esposa, ser respetuoso, que no tienes vicios, que eres una persona sana, íntegra, honesta y que temes a Dios.

Esto produce en tus hijos una influencia increíblemente positiva, de tal manera que ellos crecerán con una imagen correcta de lo que es ser hombre y eso es lo que harán.

Instruye es el ejemplo del padre al hijo; instruye es más que un sermón.

Con tristeza, hoy muchísimas personas religiosas, que tienen Biblia o que asisten a la iglesia los domingos, creen que con sólo enseñarles la Biblia a sus hijos es suficiente, pero no les dan un buen ejemplo, pelean en el camino, en el auto, tienen mal carácter.

¿De qué sirve papá que le digas a tu hijo tantas cosas de Dios, si no está viendo en tu vida un ejemplo? Alguien dijo: Me gustan los sermones hablados, sobre todo cuando se viven.

La instrucción más poderosa e impactante para los hijos no son tus palabras papá, es tu ejemplo.

Instruye al niño en su camino, y aunque fuere viejo no se apartará de él. Los valores que tú inculques al niño en su infancia y adolescencia serán para toda la vida.

Dios hará volver el corazón de los padres a los hijos
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