¿Dónde está papá? I Parte: “Una pregunta para reflexionar"

Preparando a nuestros hijos

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Cómo podemos entrenar a nuestros hijos y prepararlos para que sean provechosos, para que estén completos en todo y no les falte afecto, cariño, amor, confianza?

La respuesta nos la dan las Sagradas Escrituras en 2a de Timoteo 3:15-17:

“… que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

¡Qué hermoso pasaje, la Palabra de Dios tiene ese poder para educar a nuestros hijos!

Primeramente el padre debe respetar la Palabra de Dios, debe vivirla y esto se logra mediante un arrepentimiento sincero y de corazón, abandonando todo el egoísmo que gobierna nuestros corazones como padres, dejando de hacer aquellas cosas que a Dios no le agradan, que destruyen nuestra familia, como la infidelidad, la violencia, el alcoholismo, las mentiras, las codicias, los odios, las envidias etc., y volviéndonos a aquél que es el Salvador del mundo, Jesucristo el Hijo de Dios, quien murió por nuestros pecados.

Las Sagradas Escrituras entonces se vuelven reales en tu vida y es como si Dios te diera un par de lentes nuevos para poder leer Su palabra, y el Santo Espíritu te ayuda a entenderla con tanta claridad que vas a aprender a través de ella a instruir a tu hijo en lo que es bueno y malo, vas a educarlo, a enseñarlo, vas a corregirlo.

O sea, la Palabra de Dios nos enseña a los padres a cómo corregir a nuestros hijos, nos da la sabiduría.

Cuando hablo de corregir, no es agarrarlos a golpes o castigarlos de manera abusiva, de ninguna manera; me refiero a cómo enderezar el camino del muchacho por medio de sabios consejos, disciplina, hábitos correctos, sanos, conductas respetuosas hacia las mujeres, hacia la autoridad, hacia los maestros en la escuela etc.

De esta manera nuestros hijos van a aprender a hacer el bien, van a tener una gran influencia en sus vidas, que es la palabra de Dios. Andarán rectamente delante de los hombres haciendo las cosas derechas y también delante de Dios.

Hijos felices y completos
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