Por: Profr. Juan Carlos Díaz

En cuanto a la comunicación, el adolescente, está muy necesitado de comunicar, de platicar, de comentar, lo anhelan.

Anhelan expresar todo aquello que hay en ellos, sus pensamientos, sus preocupaciones, lo hacen a través de expresiones, a veces de gritos, de muecas o de palabras, piden ser escuchados, y en ocasiones como lo hemos comentado, lamentablemente no hay en la familia quién los escuche, el padre no tiene tiempo, porque está leyendo el periódico, porque está viendo la televisión, porque llegó cansado del trabajo, la madre no tiene tiempo porque está en los quehaceres domésticos, porque está atendiendo alguna área del hogar y lamentablemente el adolescente necesita comunicarse, necesita hablar todo lo que está sucediendo adentro de su ser, él quiere expresarlo, él quiere comentarlo, y si el adolescente no encuentra oídos dentro de la casa, los buscará fuera de la casa, alguien que sí lo quiera escuchar.

Qué importante es la comunicación entre padres e hijos, porque esto permitirá que tu hijo tenga confianza cuando vengan los momentos críticos, cuando vengan los problemas, cuando venga la invitación a realizar actividades que lo pondrán en riesgo.

Cuántos padres anhelan que sus hijos tengan confianza en ellos, pero no se la han ganado, precisamente porque nunca han estado cerca, porque no han tenido oídos para sus hijos, porque no han estado cerca de ellos cuando sus hijos han querido platicar, porque han menospreciado sus conversaciones, porque les han dicho “ahorita no tengo tiempo, déjame descansar” o “estoy muy ocupado”.

Papá, si realmente quieres estar cerca de tu hijo y con la posibilidad de ayudarlo en los momentos de crisis, de dificultad, en los problemas, es importante que el día de hoy él tenga mucho acceso a ti, que él pueda tener la confianza para platicar contigo, para comentarte las cosas y para saber que tienes interés en lo que les estás platicando, porque ellos son muy sensibles, muy aprensivos al interés que tú les prestas, a aquellas cosas que ellos están hablando o que les preocupa.

Cuando ven en ti indiferencia, cuando ven en ti menosprecio, cuando ven en ti una actitud de rechazo o de burla, eso hará que se cierre la línea de comunicación y estarás perdiendo la confianza de tu hijo, y cuando quieras apoyarlo, ayudarlo, rescatarlo, te será muy difícil.

Es una etapa crítica del ser humano porque el adolescente siente que no es tierra de nadie, no es adulto, pero tampoco es niño, situaciones contradictorias en su vida diaria le traen confusiones, desea ser más independiente, pero sigue siendo un niño, mira a los menores como inferiores, y a los adultos como un ideal el cual él quisiera alcanzar rápidamente, pero dentro de él, aun está un niño.

Es importante que los padres lo entendamos, es decir, no han tenido aun todo el crecimiento o la madurez en las diferentes áreas del ser humano y específicamente hablando del cerebro, aun no ha habido el desarrollo completo para que ellos estén preparados para responder adecuadamente, emocionalmente a las situaciones que se les presentan. Por lo tanto, a pesar de que veamos a los hijos grandes, a pesar de que los veamos ya desarrollados, debemos comprender que aun están en crecimiento.

Es una etapa en la cual existen muchos conflictos y ellos quieren solucionarlos, es una etapa en la cual hay un anhelo de obtener libertad para llevar a cabo muchas actividades, muchas responsabilidades, pero igualmente es un período en el cual estará aprendiendo y por ello la labor del padre es muy necesaria para poder instruir, para poder formar, para poder orientar, a fin de que él vaya madurando en éstas áreas de responsabilidad que le permitan de manera más sencilla pasar por esta etapa de crisis.

El adolescente tendrá la necesidad de probarse continuamente para saber si puede hacer las cosas y de esta manera él podrá afirmarse, es decir, tener seguridad en sí mismo. Una necesidad de probarse en áreas físicas, en áreas cognoscitivas, en áreas de talentos, para poder tener una cierta afirmación como persona, una seguridad.