Los errores más comunes que cometen los padres en la educación
de sus hijos

Primer error: “la varita mágica”

Por: Profr. Roberto Durán

Para tener un resultado más eficiente en la educación de los hijos, hagamos lo que hizo Tace Norway: observemos detalladamente los errores más comunes de quienes ya se han involucrado en la titánica labor de la crianza de hijos, y evitémoslos.

El primer error, el más común y frecuente es cuando un padre de familia está buscando que suceda algo extraordinario para solucionar todos sus problemas familiares. Está esperando “una varita mágica” que le cambie el entorno.

De repente comienza a darse cuenta que las relaciones familiares no están muy bien, que hay pleitos, resentimientos, apatía, malas relaciones familiares, bajo desempeño escolar, drogadicción, una hija ya le salió embarazada, etc. Todo esto es terrible.

Sin embargo, en lugar de afrontar la situación tal como está, busca mejor una salida fácil: un amigo que le solape su cobardía de afrontar los problemas en casa, una religión que le diga que todo estará mágicamente bien, o un conjuro de hechicería, e inclusive astrología, o quizás buscan deshacerse de sus propios hijos “encargándolos” a la abuelita, la suegra, o la tía.

Imagínate papá qué será llegar a casa y encontrar a tu hijo drogándose. Creo que el impacto sería algo muy fuerte para nuestras vidas. Quizás no sabríamos qué hacer. Pero el esconder la cabeza como el avestruz y tratar de buscar una salida mágica no solucionan las cosas.

Cada problema de la familia hay que enfrentarlo, tratarlo, no es sencillo pero finalmente tiene que haber una solución. Debemos entonces evitar una solución simplona para todas las cosas que tienen que ver con la familia.

Cada problema que surge dentro del seno familiar requiere esfuerzo, dedicación y constancia. Su solución no la va a buscar absolutamente nadie fuera de ti mismo papá, no van a venir los parientes, ni los tíos. Ellos te darán consejos, podrán decirte algunas cosas buenas, pero la responsabilidad en su totalidad es tuya como padre o madre de familia.
 
Este principio está perfectamente claro en las Sagradas Escrituras:

“Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.
1ª Tim 2:5-6

Este principio tan sencillo aplica perfectamente a nuestro trabajo y labor como padres en la crianza y educación de los hijos. Se requiere un trabajo constante, una dedicación constante.

Definitivamente la situación de la crianza de los hijos no es una varita mágica, no es un método que usted aplica en un momento específico, no. Es dedicación, constancia, trabajo y esfuerzo continuo. Thomas Alba Edison dijo lo siguiente:

“Muchos de los fracasos en la vida los experimentan las personas que decidieron darse por vencidas antes de percatarse cuán cerca estaban del éxito”.

Pero no hay ninguna cuestión de secreto especial, no hay ninguna solución que usted va a encontrar de una manera especial. No va a llegar un individuo con diferentes técnicas para darle a usted algo que le va a cambiar radicalmente la crianza de sus hijos.

Las enseñanzas son buenas. Toda la información que podamos adquirir es buena, sin embargo, el amor, la constancia y la dedicación es lo que va a traer fruto a su familia.

Usted necesita ser una persona dedicada, tener más paciencia con sus hijos. Si a veces observa que le desobedecen y que su carácter vuelve otra vez a trastornarse, le tengo una buena noticia: a todos los padres nos ha ocurrido lo mismo en muchas ocasiones y pensamos que nuestros hijos no van a cambiar.

Vemos que las recurrentes deformaciones de carácter vienen una y otra vez. Pero el padre que ama y tiene paciencia vuelve a trabajar las mismas cosas. Necesitamos confiar.

Si usted de verdad quiere ver resultados en su familia, lo primero que yo le invito es a no pensar que hay una “varita mágica” o que hay una “solución sobrenatural” y que las cosas van a cambiar como por arte de magia. Necesita usted tomar esa responsabilidad y si está dispuesto a tomar ese compromiso, estará evitando el error más común de todas las personas.

La mayoría de los padres han pasado su responsabilidad a la escuela. Cierto, la escuela puede ser de muy buena calidad, aunque lo dudamos porque en la gran mayoría de las escuelas las cosas van de mal en peor, me refiero al contexto moral en el que crecen los alumnos.

No solamente en Latinoamérica sino en cualquier parte del mundo, la relación entre los compañeros de clase se ha visto totalmente mal. Me ha sorprendido por ejemplo que en Inglaterra, las relaciones entre alumnos han sido tan malas, con tantas faltas de respeto, que algunos jóvenes han llegado al suicidio. Las escuelas están fracasando en la crianza de nuestros hijos.

Las escuelas no están diseñadas para formar o criar hijos, sino más bien para trasmitir conocimientos y en cierta medida ser un apoyo a los padres, pero cuando decidimos descargar en una institución esa noble labor, estamos fracasando.

O aun el abandonar esa responsabilidad en nuestros propios familiares, por cercanos que sean, nosotros estamos lavándonos las manos y estamos desechando el privilegio de criar a nuestros hijos como debe de ser.

Yo le invito a que usted tome ese compromiso, a que vea que no es fácil, que le van a implicar muchos retos, que va a ser algo muy difícil, cierto es, pero tiene su recompensa y gran beneficio.

Segundo error: el desánimo
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©