Por: Dr. Salvador Cárdenas

Así podemos notar la diferencia natural en el carácter de la madre y del padre. Ninguno de los dos estilos es suficiente por sí mismo, ambos son necesarios, pero no suficientes por sí mismos.

Por algo Dios creó al papá y la mamá, y el hijo normalmente tiene a ambos. En algunas veces por la irresponsabilidad de unos jóvenes que cometen fornicación, la mujercita queda embarazada y el novio, que hasta ese momento se veía muy responsable y muy amoroso, simplemente se desaparece y le deja el paquete a la jovencita y el que sale sufriendo de forma grave pues es el niño que ha nacido. Sin embargo lo que naturalmente vemos es que haya un papá y una mamá, y que el carácter de ambos se complementa para una adecuada educación de los hijos.

El hombre siempre es el que incentiva al riesgo y en ocasiones sin tomar en cuenta las consecuencias, la mujer tiende a evitar el riesgo, lo que puede inhibir el incentivo de la independencia, de la confianza y del progreso. Es decir, cuando la mamá predomina mucho sobre los niños y el papá está ausente, ellos pueden volverse tímidos, demasiado calculadores y esto tampoco es bueno, como tampoco es bueno arriesgarse demasiado y no tomar las precauciones necesarias. Es por eso que se necesita la colaboración de mamá y de papá.

En conjunto, estos estilos son equilibrados y ayudan a los niños a sentirse seguros, a medida que amplían sus experiencias y su confianza. Por supuesto, cuando trabajan en equipo el papá y la mamá, esos niños tienen muchas ventajas sobre aquellos que tienen a un papá lejano.

Un estudio de gran dimensión demostró que cuando las madres y los padres le hablan a sus hijos, ambos son distintos, actúan de forma distinta; la madre por lo general simplifica las palabras y habla a nivel del niño, el padre, sin embargo, no demuestra tanta inclinación por modificar su lenguaje con el niño.

La comunicación inmediata se ve facilitada gracias a la manera en que la madre se desenvuelve, el estilo del padre desafía al niño a ampliar su vocabulario y sus habilidades lingüísticas, elemento fundamental para el éxito académico.

La conversación del padre tiende a ser más breve, de mando y al punto, también usa más frecuentemente expresiones faciales y lenguaje corporal sutil, es decir, usa ademanes, mueve su cuerpo que transmite ideas con esos movimientos; la madre tiende a ser más descriptiva, es más personal y motivante en su expresión oral, todo esto complementa el desarrollo emocional e intelectual del niño en etapa de formación, ya que todo es aprendizaje en la vida de los niños.

Además el padre representa un nivel de autoridad muy importante para el niño, y maneja la disciplina de una forma distinta a como la maneja la mujer.

Una psicopedagoga de bastante renombre llamada Carol Giligan, indica que el padre pone de relieve la justicia, la equitatividad y los deberes que están basados en las reglas y por otra parte la madre destaca la compasión, el cuidado y la ayuda, los cuales están basados en las relaciones. Es decir, el padre se esmera en que el hijo sea responsable, cumplido, que sepa llevar a cabo lo que se comprometió a hacer. Si usted analiza los puntos en los que el padre enfatiza y los de la madre, son distintos, pero ambos son indispensables e importantísimos para una adecuada formación del carácter de los hijos.

El padre, con su natural carácter de autoridad, tiende a observar y hacer cumplir las reglas de manera sistemática y con firmeza, lo cual les enseña a los niños su objetividad y las consecuencias de lo que está bien y de lo que está mal.

La madre, en cambio, tiende a expresar más gracia y compasión en medio de la desobediencia, lo que da una sensación de esperanza para el niño.  

Nuevamente vemos como el padre y la madre se complementan. Pero si usted deja a su mujer sola educando a los hijos, ellos crecerán con muchos huecos en su formación que usted, como padre, puedo haber llenado.