Por: Dr. Salvador Cárdenas

Algunos estudios realizados en la Universidad de Pennsylvania concluyeron que los niños que sienten apego y cariño por su padre tienen dos veces más probabilidades de ingresar a la universidad, son 75% menos probables de tener un bebé durante su adolescencia y 80% menos probables de ser encarcelados y una probabilidad parcial de demostrar diversos signos de depresión.

Las estadísticas demuestran que una niña adolescente de familia económicamente acomodada tendrá una probabilidad cinco veces mayor de convertirse en madre soltera si se cría en el hogar sólo con su madre a que si creciera con ambos padres biológicos.

La probabilidad que un joven se involucre en actividades delictivas es doble si se ha criado sin su padre, y esa probabilidad es tres veces mayor si vive en un barrio con un alto índice de familias sin padre.

Los que somos padres, tenemos una responsabilidad ENORME con nuestros hijos. No podemos verlos crecer de lejos, como una plantita que le cae la lluvia y solita va creciendo. Nuestros hijos no son unos animalitos que solamente piden de comer y se duermen y crecen. Lamentablemente ese es el concepto que algunos padres tienen de sus hijos pues nunca están cerca, nunca los aman, nunca los aconsejan, ni los corrigen. Las consecuencias van a ser gravísimas y quizás algunos de los padres que están escuchando este programa podrán decir:

“Es cierto lo que el doctor está diciendo, es verdad lo que se está hablando. Si yo me hubiera involucrado con mis hijos, quizás otros hijos tendría, pero no tuve tiempo o más bien no quise hacerme tiempo para estar con ellos.”

Si usted es joven y tiene hijos pequeños o en poco tiempo piensa casarse y tener familia, entienda esto: Usted como varón es indispensable en la crianza de sus propios hijos.

La investigación realizada es completamente evidente, es clarísimo: el ser humano más capaz de reducir la agresión antisocial de un niño es su padre biológico.

Un estudio a largo plazo que se realizó en los años cincuenta (no ha perdido vigencia) concluyó que el indicador más claro de que un niño llegaría a sentir empatía en sus años de adulto era la participación cariñosa de su padre en sus primeros años de vida.

Los niños que se sienten amados por sus padres, son niños que sabrán amar y sabrán ser empáticos y amables con la gente. Cuando tú ya seas grande y tus hijos crezcan, no te vayas a quejar de tener hijos fríos, distantes, que no te hacen caso y te tienen abandonado, pues eso fue lo que tú creaste. Creaste distancias no cercanías, nexos o puentes.

En un estudio realizado durante 26 años, los investigadores concluyeron que el factor número uno para que los niños puedan desarrollar la empatía era la participación del padre. Por lo tanto, si usted tiene una opinión distinta, pues sea serio en su argumentación porque hubo psicólogos, doctores, personas especializadas que durante 26 años estuvieron analizando este asunto.

Los padres que convivían con sus hijos, sigue diciendo el mismo estudio, produjo que estos niños fueran personas compasivas de adultos.

Los padres varones no son adultos de segunda categoría en el aspecto de la educación  de sus hijos. Aquellos padres, en especial los biológicos, que participan en la vida de sus hijos, brindan beneficios a éstos que seguramente nadie más puede ofrecer. Entregan protección y apoyo económico y representan un ejemplo como hombre, tienen un estilo para criar a sus hijos que es bastante distinto al de la madre y esa diferencia es importante para un desarrollo infantil saludable.

Debido a que el padre y la madre piensan y sienten de distinta manera, la forma de educar a sus hijos es distinta también. Se necesita que los dos se involucren en la formación de sus hijos.

Un dato importante: las madres solteras son quienes principalmente cuidan a sus niños en 84% de todas las familias que sólo viven con un padre de familia en el hogar.

La manera de educar a los hijos tanto de parte del padre como de la madre se complementan creando así un mayor beneficio para los niños.

La paternidad es tan crucial para el desarrollo saludable del niño como lo es la maternidad.

Una revista que sale periódicamente y que tiene gran fama dentro del mundo de la psicología señala que los datos sugieren que la influencia del amor del padre en el desarrollo de sus hijos es tan grande como la del amor de la madre y en ocasiones, mayor.