¿Por qué es necesario un padre?

Un excelente hijo, un buen padre

Por: Dr. Salvador Cárdenas

Por  ahí se dice que no hay una escuela para padres, que los padres vamos aprendiendo conforme los niños van creciendo en el hogar, en cierta forma es verdadera esa aseveración, pero hay otras cosas que están claramente demostradas y que no se necesita que se abra una escuela para padres, y una de esas cosas es que usted que es padre de familia se involucre y que los beneficios serán muy grandes para sus hijos, aparte de que su mujer se lo agradecerá mucho.

Lamentablemente hay madres que no tienen la ayuda del varón, y no tienen la sabiduría o el carácter para tranquilizar a sus hijos, y están batallando, tratando de controlarlos y si el padre de familia simplemente se involucrara de forma constante, esa mujer descansaría mucho. Tú, papá, tendrías una esposa muchos más relajada y la casa funcionaría mejor si tú mismo de involucraras en la enseñanza de tus propios hijos.

Otra de las cosas que se derivan cuando el padre se involucra en la educación de sus hijos es que habrían menos problemas conductuales en los niños varones. Un niño varón que se identifica con su padre tendrá como una salvaguarda para no tener problemas de conducta en la escuela, en la calle, ni con ninguna autoridad porque el mismo padre, con su ejemplo, autoridad, guianza y su forma de ser, le estaría enseñando mucho acerca de que hay límites y cosas que hay que respetar.

También las niñas, cuando sus padres se relacionan en su crianza, serán más felices, más seguras de sí mismas y dispuestas a nuevos retos.

Fíjate qué desperdicio es pensar que el padre de familia debe ser simplemente aquel hombre que llega todos los días a determinada hora y que trae la comida y que se acuesta a ver la tele y después se duerme y se levanta para hacer lo mismo al día siguiente.

Qué desperdicio de talento, qué desperdicio de fuerzas y de cerebro. Los perjudicados son los niños, la esposa y aun el mismo varón, al no ejercer la paternidad, tendrá sus propias consecuencias.

En cuanto al desarrollo cognoscitivo, motor y oral, te comento lo siguiente. A principios de los años sesenta se descubrió que los niños con un padre que les leía habitualmente tenían más probabilidades de tener éxito en muchas categorías importantes de aptitudes cognoscitivas que aquellos niños cuyos padres no les leían.

Fíjate, tú como varón llegas a tu casa, tomas un buen libro y te pones a leerles un rato a tus hijos, está demostrado que eso ayudará a las habilidades académicas y de conocimiento. Esto es muy importante.

¿Quieres hijos aplicados, que saquen 10, que sobresalgan en los estudios? Bien, no te quedes viendo y pidiendo aquello que no das, más bien involúcrate y verás que los resultados no se tardan mucho en llegar.

Otro estudio que se publicó hace unos años atrás por un departamento de psicología en la nación norteamericana indicó que tanto los niños como las niñas de edad preescolar con un buen modelo de padre tenían mejores aptitudes verbales comparados con aquellos con familias sin padre o con un padre dominante.

Hoy en día en que la situación académica se pone más competitiva, cuando se necesita que los hijos sean mejores estudiantes, tengan mejor comprensión de las matemáticas y mayor habilidad para las ciencias exactas, los padres deben participar en este proceso y ver cómo sus hijos avanzan.

Otro investigador concluyó de manera reiterada que los niños con un padre que participa en su educación  son personas más seguras de sí mismas y tienen mayor éxito para solucionar rompecabezas complejos y laberintos matemáticos y lógicos.

Es posible que esta inclinación se deba a la tendencia de que los padres se especializan más en los problemas de tipo analítico y tienen más interés en esto que lo que hacen las mamás.

Se ha concluido también que los niños en edad preescolar con padres activos en su vida, demostraban tener mayores competencias cognoscitivas en las evaluaciones intelectuales estandarizadas. Es decir, en esos exámenes que se aplican en muchas primarias, los niños que tienen el apoyo paterno, son más exitosos.

La seguridad y la confianza también es un factor que se ve positivamente afectado por la influencia del padre. Los bebés entre un año y medio y dos años que tienen a un padre que se preocupa por ellos y que se compromete en la vida de ellos, son niños más seguros y más susceptibles de explorar el mundo que los rodea con un entusiasmo y curiosidad cada vez mayores comparados con niños que no tuvieron cerca a su papá o un padre comprometido.

Los niños inseguros, seguramente tuvieron padres lejanos que los vieron crecer como plantitas nada más pero que nunca fueron afectuosos, cercanos, nunca corrigieron, nunca quitaron malas actitudes, nunca amaron y solamente exigieron.

¡Cuánta seguridad da el saber que papá está cerca, que se preocupa, que pide cuentas, que examina, que enseña!

Ser padre, una gran responsabilidad
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