¿Por qué es necesaria la disciplina?
 

El propósito de la disciplina
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Una de las formas en las que se mal-educa a un hijo, es por la falta de instrucción y disciplina en sus vidas.

La disciplina y la instrucción tienen un propósito, moldear el carácter del hijo.

¿En qué consiste moldear el carácter del hijo? Primeramente, cuando los niños nacen, son tan  sensibles, que a través de sus sentidos, tratan de empezar a conocer el mundo. Cuando llega la disciplina o la corrección se enseña al niño a que domine sus sentimientos y sus pasiones y que empiece a someterse a las reglas apelando a su razonamiento y su conciencia.

Esto formará dominio propio en el niño, de tal manera que cuando esté grande pueda empezar a tomar buenas decisiones para ayudarse a sí mismo.

Quienes realmente conocen los riesgos y los problemas de la vida son los padres, no los niños, por lo tanto son aquéllos los que tienen que convertirse en un tipo de conciencia para sus hijos. Es decir, el niño por su inmadurez tiene que ir aprendiendo de lo que le enseñan sus padres, tiene que luchar con su rebeldía, con su naturaleza inquieta y sujetarse a la autoridad de sus padres.

Claro que los padres tienen que estar moldeando el carácter de su hijo. Y la conciencia del niño irá poco a poco tomando su propio lugar.

Si usted quiere echar a perder la vida de su hijo, no lo instruya ni lo discipline. Usted no necesita enseñar a su hijo a emborracharse, a drogarse, no tiene que enseñarlo a robar, para que el niño aprenda a hacer esas cosas, sólo con dejarlo de instruir, déjelo que crezca sin ningún tipo de dirección y empezará a enrolarse en circunstancias cada vez peores, hasta que termine en prácticas totalmente reprobables y no convenientes.

Vivimos en un mundo que su manera de pensar, influencia sobre la vida de los niños y los jóvenes. Por lo tanto hay que adelantarnos al mundo, para poder inculcarle a los niños valores que de verdad les ayuden, que los formen y que los lleven a tomar decisiones para su propio bienestar.

Cuando un niño crece sin disciplina, más tarde será casi imposible hacer que el niño quite esos hábitos para poder ser reeducado y tener nuevos hábitos.

Cuando a un niño no se le aplica disciplina, no se le instruye, esas emociones crecen y crecen de una manera descontrolada; de tal manera que los niños van tomando control de sí mismos y empiezan a dominar a los padres y cuando lleguen a los 15 o 16 años de edad tiene usted un adolescente con los deseos y pasiones “a flor de piel”, totalmente incontrolables.

Con esto nos podemos dar cuenta de que cuando un padre no disciplina, no instruye a sus hijos: no los está amando. Tal vez porque se dejaron llevar por un sentimentalismo, les duele castigarlos, les duele en un momento aplicarle la disciplina porque el niño no obedeció una instrucción dada.
 
Y aquí quiero ser muy claro. Corregir solamente con disciplina no funciona. Ésta debe quedar como el último recurso de formación.

El padre primero tiene que instruir al niño, debe enseñarle lo que se tiene que hacer, por qué quiere que se haga y el padre debe de verificar que el niño esté en la capacidad de hacer lo que se le pide.

Una vez que se hayan cumplido estas circunstancias, entonces hay una práctica permanente en donde el niño está obedeciendo constantemente, y cuando viene una desobediencia, una rebeldía basada en una mala actitud, es cuando se aplica la disciplina. Pero estar disciplinando sin darle las herramientas para que pueda hacer las cosas, lo único que se va a hacer es llevar al niño a una profunda amargura.

¿Cómo formarlos?
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