¡Quiero ser libre!
 

El “ídolo – hombre”
 

Por: Lic. Alma Gallardo

Dentro de la consejería telefónica que se recibe en nuestra institución, hemos notado algunos problemas muy marcados en relación a la violencia contra la mujer. Voy a hablar de ellos:

En primer lugar, hay un fenómeno que nos preocupa: Pareciera que muchas mujeres se han hecho un ídolo de su propio agresor:

Cuando me refiero a ídolo, quiero decir… por ejemplo, imaginemos una persona religiosa, que tiene una creencia, lo que llaman comúnmente “una fe ciega”, en algo:

Es una persona consagrada totalmente a sus creencias. Guarda religiosamente todo lo que su doctrina le encomienda. Si tiene que rezar 8 horas al día, lo hace; si tiene que pasar a sus hijos por el fuego, lo hace; si su ídolo le dice que es necesario morirse para pasar a otra vida y reencarnar en un sapo, lo cree ciegamente. Hay una obediencia y consagración ciega. No se usa la razón, sólo una aceptación absoluta de que lo que diga el ídolo, eso es verdad y eso se debe de hacer.

Nos preocupa que hoy muchas mujeres en sus corazones, han levantado ídolos de sus propios maridos agresores.

Lo que él diga, así sean insultos para tu persona, le das la razón, dices “es cierto, por algo me lo dice”.

Lo que él te obligue a hacer, lo haces, aún por encima de tu moral.

Si lo ves que hace cosas malas tú le aplaudes, consientes en que haga lo malo.

Si te pide que te calles y no denuncies el tocamiento inmoral que le hizo a tu hija, guardas silencio.

Podrás verlo que ha estado de adúltero toda tu vida de casada, y que el alcohol te dice que lo va a dejar, pero ahora toma más que hace 5 años, y cada que puede te humilla verbal o sexualmente… y tú sigues ahí, consagrada ciegamente a tu ídolo aun por encima de tus hijos, sin objetarle nada, creyendo ilusionada que un día te va a cumplir lo que te prometió, vives creyendo que va a cambiar.

Lo que te pida se lo das: que te maltrate, que te insulte, que les grite a tus hijos, es tu ídolo, estás consagrada a él, lo que te pida, lo que te diga, no hay otra cosa para ti, no hay nadie más a quien amar ni en quién confiar. Es tu ídolo-hombre y no lo quieres dejar.

¡Qué triste idolatría! Te repito, teniendo ojos no ves, teniendo un tesoro tan valioso como son tus hijos, te has olvidado de que ellos necesitan una vida digna y saludable para triunfar en la vida. Has puesto a tu hombre por encima de todo.

Eso nos preocupa. Estamos hablando de una codependencia maligna. Muchas mujeres nos llaman para pedir consejo de qué hacer ante un problema de violencia con su pareja. ¡Pero ni siquiera están dispuestas a actuar! Tienen como con un lazo, una cadena que no las deja movilizarse. Luego hay quienes dicen que se sienten mal de denunciar.

¡Los sentimientos! Cuánto daño hacen los sentimientos ante situaciones de injusticia. Pobrecito dicen, ¡cómo lo voy a denunciar! ¡Qué va a hacer sin mí, él necesita una mujer que lo atienda!

¿Por qué no dices lo mismo de tus hijos? ¡Pobres hijos, están creciendo en un ambiente terrible dentro de casa, qué van a hacer sin ti como madre, ellos necesitan una madre que los eduque, que les forme carácter y les dé ejemplo. ¡una mamá saludable y valiente!  A todo esto yo le llamo “el hombre – ídolo”.

Machismo y misoginia
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