¡Quiero ser libre!
 

Machismo y misoginia
 

Por: Lic. Alma Gallardo

Otros problemas frecuentes en las relaciones violentas, tienen que ver con una muy triste y ya conocida realidad: los hombres machistas y los hombres misóginos. Aunque no voy a detenerme mucho en este punto porque no es el énfasis del tema, sí es necesario mencionarlo.

Por un lado, los hombres machistas llevan un estilo de vida violento en sí mismo para denotar supuesto dominio: el hombre gritón, borracho, mal encarado, que cuando habla parece que regaña, que no muestra sentimientos de ternura sino más bien de desprecio. No está dispuesto a servir a su familia, ni a escuchar a su esposa, no sabe ser amigo de sus hijos ni jugar con ellos.

Cuánto daño hace a la familia un hombre así. Ojalá comprendas padre de familia que me escuchas, que de la abundancia de tu corazón, habla tu boca. Estás vacío, no tienes amor para dar a tu esposa y a tus hijos. Sólo hay odio y rencor dentro de ti. Y eso es lo que estás vertiendo en tu casa.

Otros son los hombres misóginos. Lo repito, hombres misóginos.

Explico brevemente, la palabra misoginia viene del vocablo griego “miso” que significa odio y “gine”, que significa mujer. Misoginia, es el odio a la mujer.

El hombre misógino, es aquél que tiene una aversión, un odio a las mujeres. Con su manera de ser, de pensar o de actuar desprecia a la mujer como género, y a todo lo considerado como femenino.

A diferencia del macho, el hombre misógino sí puede mostrarse servicial, atento y amigable en ciertos momentos. Sin embargo poco a poco va mostrando su desprecio. Las conocidas frases del filósofo Aristóteles: “la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades”, y “el silencio es el mejor adorno de la mujer”, son un ejemplo claro de pensamientos misóginos.

Vemos entonces, por un lado mujeres con el ídolo-hombre, y por otro, “hombres engreídos, machos, que odian a las mujeres”. ¡Qué terrible sociedad! ¡Qué triste es la vida en muchos hogares así! Más bien no hay vida. Eso no es vida, ni es amor.

Pero volvamos al punto: ¿estás siendo víctima de violencia? Mujer, ¿te desprecia continuamente tu marido? ¿Sus palabras son humillantes? ¿Tienes miedo cada vez que te equivocas? ¿Le tienes miedo a tu pareja? ¿Sientes tristeza, coraje, desesperación… sientes que te asfixias y que vives en una trampa?

¿Has perdido tus ilusiones?
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