Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Algunos consejos prácticos para que puedas llegar al perdón:

1. Debes estar dispuesto y abierto a la necesidad de cambiar. Cambia tus pensamientos acerca del perdón. Reconoce que el perdón es un acto de la voluntad, no es un acto de debilidad. Muchas personas dicen: “No, que venga él, yo no voy a ir, yo no me voy a humillar, que se humille él.” Sin embargo, el perdón es un acto de la fuerza de voluntad.

2. Tienes que estar dispuesto a soltar a la persona que te lastimó. Esto significa no estar recordándola más.

3. Tienes que estar dispuesto a dejar de ser la víctima. Muchas personas se sienten víctimas. Es cierto, tú fuiste víctima de un abuso, pero te vuelves tan egoísta y tan centrado en ti mismo que te sientes el centro del universo. Te sientes una persona la cual todos deben saludar, amar y no lastimar. Y eliges sufrir, no eliges la compasión y el perdón.

Si tú perdonas, esos acontecimientos del pasado ya no te lastiman. Es importante que estés dispuesto a perdonar para que seas libre de esos pensamientos.

4. Tu mente debe ser libre de todo pensamiento o juicio respecto a la persona que te lastimó. No te justifiques diciendo: “es que esa persona es mala, me insultó mucho.” El aferrarte a ello no traerá real libertad. Justificará tu cólera dentro de ti. Pero robará la paz de tu mente.

5. Ya no te castigues más. Reconoce que tus pensamientos de odio sobre el pasado solamente están envenenando tu vida y debes abrazar el perdón. Y entonces comprenderás el significado del amor verdadero porque el amor verdadero no guarda rencor, no se irrita, no hace nada injusto, ni se goza de la injusticia, se goza de la verdad.

6. Tienes que aceptar tu pasado. Debes abrazar el presente y futuro con esperanza. Pero no una esperanza vacía, sino una esperanza en Cristo Jesús, él cual dice: “Si el Hijo os libertare serás verdaderamente libres.”

7. Tienes que estar dispuesto a hacer la paz en tu mente con la persona que te daño. Hacer de la paz la meta principal en tu vida. No importa el caos que estás viviendo alrededor de ti, si haces de la paz tu meta, siempre buscarás la paz con los demás. No dejarás que ninguna raíz de amargura se anide en tu corazón. Los pensamientos implacables se irán de tu vida.

8. Es importante que como esposo aprendas a vivir con tu esposa con sabiduría como dice 1ª de Pedro 3: 7: “Vosotros maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”

9. No devuelvas mal por mal o maldición por maldición. Bendice sabiendo que fuiste llamado para que puedas heredar la bendición. Si quieres amar la vida y ver días buenos y ser libre del pasado espantoso, refrena tu lengua del mal, tus labios no hablen engaño. Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y síguela.

Hemos visto el enfoque científico y médico de los daños tan terribles que ocasiona no perdonar. Hemos visto también el enfoque psicológico de los daños que trae el no perdonar. Hemos visto cómo la falta de perdón destruye las familias. Ahora estamos viendo el punto de vista de Dios.