Por: Dr. Salvador Cárdenas

Bajo este título se incluye una serie variable de comportamientos que aparecen anormalmente en el sueño, alguno de los cuales son más característicos en la edad infantil, pero cuando se presentan en la edad adulta son mucho más raros.

En el niño, las parasomnias son más habituales que en los adultos y las más comunes son: sonambulismo, terrores nocturnos y enuresis, que es cuando el niño se orina en la cama.

Son mucho más frecuentes en los niños que en las niñas, a menudo, las parasomnias coexisten en un mismo paciente, es decir, una misma persona puede tener varias o todas las parasomnias.

Éstas son trastornos de despertar parcial desde los niveles más profundos del sueño no rem y se presentan una vez cada noche. Las parasomnias no se presentan en la fase de sueño rem y habitualmente se presentan durante las dos o tres primeras horas de que se inicia el sueño.

Las parasomnias son benignas en el sentido de que normalmente no ocupan ningún tratamiento, no representan ninguna enfermedad o patología neurológica y habitualmente desaparecen cuando llega la adolescencia.

Cuando los síntomas son muy severos y graves posiblemente haya necesidad de dar un tratamiento farmacológico como las benzodiacepinas, que pueden inducir el sueño un poco más profundo o la imipramina. Es importante que los padres estén tranquilos y entiendan que su hijo no se está volviendo loco ni tiene un trastorno mental, sino que es algo transitorio que desaparecerá en la adolescencia.

Para evaluar las parasomnias no es necesario un examen médico minucioso; sin embargo, cuando se presentan en un adulto es muy probable que se necesite una valoración más profunda y diligente. En los adultos es más frecuente que la parasomnia se relacione con alguna patología neurológica o algún problema mental.