El sentimiento de culpabilidad
 

La conciencia, el conocimiento del bien y del mal
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Esta regla y esta forma de pensar se encuentran dentro de nosotros, son parte inherente de nuestra naturaleza; es lo que se conoce como conciencia. ¿Qué es la conciencia? No es más que el conocimiento interior del bien y del mal. Todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo; lo que te gusta que te hagan es bueno y lo que te perjudica o te causa daño es malo y no deseas que se te haga.
 
¿Por qué vamos a hablar de la conciencia? Porque de ahí salen los sentimientos de culpabilidad. El propósito de la conciencia es regular nuestra conducta, es como una brújula, una especie de freno que cuando una persona va a hacer algo, le acusa; y cuando hace lo correcto, le aplaude. En otras palabras, la conciencia nos ayuda a conducirnos de manera correcta, no haciendo nada que no queramos que nos hagan a nosotros. Esto lo tienen todas las conciencias.

Según lo que hemos visto hasta ahorita, lo que todos anhelamos que nos hagan es que nos amen, a eso se reduce todo. Una persona que recibe un bien está siendo amada, cuando una persona recibe un daño no está siendo amada. La conciencia nos lleva a tomar decisiones de amor, nos lleva a hacer cosas para beneficio de los que nos rodean.

La conciencia te dice: “ama a los demás como te gustaría que a ti te amaran”. Es muy sencillo, la conciencia actúa cuando la persona tiene la intención de cometer algún acto, ya sea motivado por el amor o por el egoísmo. Cuando la persona actúa motivada por el amor, la conciencia le aplaude, incluso lo impulsa a hacerlo; cuando quiere hacer cosas por motivos egoístas, la conciencia lo reprueba y regula la conducta.

La influencia de la sociedad
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