Por: Ing. Gilberto Sánchez

La pornografía conduce a mucha inmoralidad sexual, a la fornicación (tener relaciones sexuales antes del matrimonio), debido a que presenta sensaciones que la persona no puede controlar. Hoy tenemos una generación desesperada de jóvenes debido a los problemas que se viven de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Todo esto inculcado por una sociedad que los oprime en cada esquina con anuncios llenos de pornografía que sólo exaltan sus pasiones, las cuales no pueden controlar.

Por eso, hoy en México tenemos más de mil embarazos diarios en jovencitas de 13 a 15 años de edad. ¿Por qué? Porque la pornografía está en todos lados despertando sus pasiones, sus deseos y no hay quien los frene y los ayude a conducirse.

Cada vez se están despertando las pasiones en edades más tempranas de la vida, cuando más conflicto de tipo hormonal tienen. Ese conflicto hormonal está muy relacionado con su crecimiento natural; cuando más deben estar estables y con sentimientos más controlados, es cuando más se les excita, cuando más se les induce a través de la pornografía a despertar todo ese tipo de sensaciones.

Consecuentemente, hay mucha fornicación que está haciendo pedazos a nuestros jóvenes. Muchos de ellos ya están marcados con sida, muchos ya no pueden tener hijos por cuanto quedaron estériles por alguna enfermedad venérea.

Además, la pornografía conduce mucho al adulterio, porque no se entiende el papel de la sexualidad en el matrimonio y muchos se casan sólo para legalizar las relaciones sexuales; no se valora la dignidad de las personas debido al concepto formado por la pornografía. Muchos hombres y no pocas mujeres traicionan el pacto matrimonial porque su concepto distorsionado de buscar su propio placer los lleva a menospreciar a su cónyuge.

De pronto, una persona que fue adicta a la pornografía durante muchos años quiere vivir esas experiencias en su matrimonio y se encuentra con una mujer o un varón que no tienen una conciencia abierta a eso o que le parece que no es conveniente. Entonces comienzan los conflictos y como se casaron simplemente porque querían tener relaciones sexuales, se les hace fácil cometer adulterio.

Pueden decir: “bueno, el objeto que compré no me sirvió, voy a ir con otro objeto”. Hay una desvalorización de las personas y no se respeta la institución matrimonial. La pornografía puede llevar a la desintegración familiar o puede incluso llevar al nivel en el que la mentalidad y concepto de la sexualidad han quedado distorsionados.