El miedo
Viviendo bajo la sombra del pasado

 

Tipos de miedos
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Ahora bien, el miedo bloquea la plenitud de la existencia del ser humano. El miedo y la angustia son propios de la existencia y causas de un proceso de inseguridad, llevan a la timidez, al temor y a un conjunto de complejos que limitan al hombre quitándole el sentido de la vida y del futuro.

         Situaciones de estrés, como un examen de la escuela o la pérdida del empleo, provocan reacciones normales de temor. Algo muy distinto es el complejo de síntomas que se disparan sin motivo, que no dura más de 10 minutos y que por lo general consiste en: dificultad respiratoria, vértigo, palpitaciones o ritmo cardiaco acelerado, sudor, náuseas, dolor de estómago, sensación de irrealidad o de adormecimiento, y miedo a morir o a perder el control.

         El llamado ataque de pánico es parte de los cuadros psiquiátricos como la psicosis y las depresiones, además de enfermedades orgánicas como las cardiacas y hormonales. Pero si dichos síntomas aparecen en individuos orgánicamente sanos, estamos frente a un ataque de pánico secundario, es decir, sin motivo aparente.

         Si enumeráramos las diferentes clases de miedos no terminaríamos fácilmente. Vamos a nombrar sólo algunos:

  1. Miedo a la muerte
  2. Miedo al dolor
  3. Miedo a la soledad
  4. Miedo al rechazo
  5. Miedo al sufrimiento
  6. Miedo al futuro
  7. Miedo a la incomprensión
  8. Miedo al castigo
  9. Miedo a lo desconocido
  10. Miedo a las restricciones
  11. Miedo a la escasez

         Lo importante es conocer cuáles son nuestros miedos y liberarnos de ellos, por ejemplo, el temor que surge hacia una enfermedad nos hace tomar las consideraciones y precauciones adecuadas. Asimismo, el estar cara a cara a la posibilidad de un daño corporal o la advertencia de situaciones de inseguridad social o de cualquier otra índole nos permite alertarnos y prevenirnos.

         Quisiera mencionar los aspectos positivos que ejercen la ansiedad y el miedo, pues no siempre los vamos a observar como negativos. Frente a hechos reales que en sí son amenazantes el hombre debe defender su integridad física o psicológica y es el miedo el que activa la acción. Únicamente cuando los miedos cumplen funciones desadaptativas, como los temores excesivos y persistentes, serán patológicos.

         De esa manera logramos prevenirnos y prepararnos antes situaciones futuras: cuando el miedo y la angustia ejercen papeles de alerta. Estudiar para presentar un examen, tener el tiempo preciso para ordenar el equipaje y no extraviar el boleto de viaje, obteniendo la tranquilidad de una confortable excursión o evitar el recorrido por lugares donde no existen condiciones de seguridad son algunos de los innumerables ejemplos que tenemos para mencionar los mecanismos sanos de la ansiedad y el miedo.

         El miedo es bueno, nos previene de tomar acciones peligrosas; sin embargo, el miedo tiene una función, nos señala la dirección del crecimiento, nos hace ver las fronteras, el territorio no conquistado de nosotros mismos. Conquistar esos terrenos oscuros nos hace crecer no sólo a nosotros sino también a los demás, poco a poco vamos conquistando el reino del amor, la esperanza, la plenitud y la felicidad, que son la cara opuesta al miedo, la angustia y la tristeza.

Diferencias entre angustia y miedo
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