Golpes ocultos

 

Consecuencias a largo plazo
 

Debemos comprender que el niño, a su temprana edad, se desarrolla dentro de una familia; de cómo haya sido ese desarrollo dependerá que el niño, quien después se convertirá en un joven, vaya a poder relacionarse con la sociedad. Por eso vemos ahora muchos jóvenes con problemas, ya que esto no pasó de un día para otro, sino que estos jóvenes ya tenían problemas en sus casas y solamente son el resultado de esos problemas.

         La infancia es una etapa muy importante debido a que es la formación de la personalidad, por eso pensamos que si el niño sufre maltrato en esta primera etapa de su vida le quedarán secuelas irreversibles que se manifestarán de diferentes maneras en su vida de adulto. El niño lleva estas cicatrices en su alma y se manifiestan cuando pasa de ser un niño a un adulto, el daño emocional severo a los niños maltratados a menudo no se refleja sino hasta la adolescencia o aún más tarde.

         Cuando estos niños maltratados se convierten en padres son abusivos y se repite el comportamiento; ahora ellos son los que están maltratando y abusando de sus hijos y así sigue este ciclo. Es un ciclo donde el padre maltrata a su hijo, el hijo crece y maltrata a sus hijos también; es una situación muy desagradable porque se pasa de familia en familia. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones personales con los que le rodean, le es muy difícil hacer amigos, puede tener problemas con el acercamiento físico y la confianza en otros.

         Al llegar a ser adultos están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de drogas, enfermedades médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado físicamente puede durar de por vida; el que usted identifique este problema a tiempo y le dé un tratamiento adecuado es muy importante para que las consecuencias del abuso a largo plazo puedan ser reducidas.

         ¿Quién nos puede ayudar? Un psiquiatra o un psicólogo debe de llevar a cavo una evaluación comprensiva y proveer el tratamiento; mediante éste, el niño o adolescente maltratado comenzará a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros. Estos profesionales de la salud pueden ayudar a la familia a darse apoyo unos a otros y a tener una buena comunicación entre ellos ya que también la familia necesita terapia familiar, pues, como núcleo, necesitan saber relacionarse unos con otros. También se pueden dar terapias a los padres para que aprendan a tratar a sus hijos y a llevar a cabo el papel de padres.

         El abuso físico no es el único maltrato infantil, muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o emocional; con abuso emocional me refiero a que muchos padres les gritan a sus hijos, los amenazan, los comparan con otros niños y los intimidan. Quiero contarles otro ejemplo acerca de los daños que una familia recibe por un padre golpeador y borracho que maltrata a sus hijos.

         Pedro era una persona con estudios académicos y valores morales que había crecido en una familia respetable y honorable; cuando era joven se empezó a juntar con un amigo que lo enseñó a tomar hasta emborracharse y así destruyó su vida. ¿Por qué? Porque Pedro se convirtió en un alcohólico que llegaba a su casa a altas horas de la noche borracho y fuera de razón, cuando llegaba en el día le gritaba a sus hijos, hacía escándalos tremendos tales como enojarse constantemente por cualquier cosa muy mínima. Cuando la sopa no estaba muy caliente, agarraba la mesa y la volteaba con todos los trastes encima, todo tiraba y se hacía un mugrero terrible.

         Pero ese no era el problema, él estaba afectando tremendamente a sus hijos que estaban viendo el comportamiento de su padre; volteaba la mesa, tiraba los platos y la comida, se paraba y golpeaba a su esposa, la maldecía e insultaba, le decía: “tú no sabes hacer nada, eres una inútil, no sabes hacer una sopa”, y la agarraba a golpes, los niños se metían tratando de defender a su mamá. Pasó el tiempo, lo niños crecieron con grandes traumas en su vida ya que vieron a su madre en constante depresión y aún ella los golpeaba por cualquier cosa.

         Ahora uno de estos niños ya es un joven que tiene problemas fuertes en su conducta, golpea a sus amigos y lo peor es que fue cómplice de un robo y ahora se encuentra en la cárcel. La hija de Pedro tiene mucha dificultad para relacionarse con los demás, apenas se dirigen a ella cuando ella contesta con gritos y maldiciones; tiene un carácter insoportable, ni ella se aguanta a sí misma. Tristemente, a los 17 años de edad es madre soltera y con muchos problemas, no tiene dinero para mantener a su hijo y ahora tiene que andar en caminos muy malos.

         El hijo menor frecuentemente esta borracho y abusa de las drogas, anda metido en la marihuana o en la cocaína. Muchas veces lo encuentran tirado en las calles fuera de razón, es muy agresivo, al que se le pare enfrente le da de golpes, es agresivo con sus padres, contesta muy feo en la escuela con sus maestros y con sus amigos.

         Aquí vemos una familia destruida, tanto el maltrato físico -que fueron los golpes recibidos por su padre- como el maltrato emocional -que incluye el rechazo- dañan a un muchacho. El rechazo, las amenazas recibidas, la falta de atención, la falta de comunicación entre padre e hijo, que un padre le pueda decir a su hijo “¿qué se te ofrece, hijo? ¿Tienes algún problema? ¿Te puedo ayudar en algo?”, la falta de afecto, de una caricia, un abrazo o un cariño, todo esto afecta de manera muy importante la personalidad del niño que, cuando llega a ser adulto, refleja el mismo carácter y se comporta igual: es una copia de sus padres.

Problemas que se presentan en niņos abusados
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