Cómo cuidar nuestra mente II
Consejos prácticos para cuidar tu mente

 

La solución por excelencia
 

Cuando revisamos las Sagradas Escrituras, encontramos palabras que fortalecen el espíritu y nos quedamos asombrados de ver que Dios se adelantó muchísimo a esta problemática actual.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”
                                                                           Mateo 6:25

         Son palabras de Jesús, él ya sabía que una mente inquieta trae ansiedad. La ciencia sólo descubre lo que muchas veces ya estaba plasmado en las Sagradas Escrituras. No te llenes de ansiedad por cuestiones materiales, sino por vivir la vida presente y por vivirla de tal manera que no traigas el futuro y te obsesione, o el pasado y te culpe.

         La calidad de vida emocional es mucho más que el alimento y el cuerpo mucho más que el vestido. Muchas personas se afanan por vestir a la moda, por comprar ropa de marca o por competir en el vestuario, cuando realmente el cuerpo es mucho más importante. Si no cuidamos la mente, estaremos en ansiosa inquietud por poseer más cosas materiales.

         En otras palabras, el afán, la ansiedad y la inquietud, traen como consecuencia estrés, depresión, mal humor, culpar a otros de nuestros problemas, evadirnos de ellos, etc.

         Dios mismo nos enseñó a vivir día tras día, mirando el presente como un tiempo para vivir en vez de obsesionarse con el futuro. Cuando te encuentres angustiado pregúntate a ti mismo de qué te estás evadiendo y trata de superarlo.

         Reconoce lo inútil que resulta la preocupación y cambia la forma de preocuparte. Otra manera de adquirir mayor control sobre tu pensamiento es cambiando la forma que tienes de responder a aquellas cosas que están creando en ti una obsesión. Para ello puedes hacer varias cosas:

         Anota en una libreta tus pensamientos, incluso si aparecen un momento después de haberlos anotado, tienes que escribirlos una y otra vez. Esto te ayudará a darte cuenta de lo absurdos que son y el esfuerzo de escribirlos disminuirá su aparición por puro aburrimiento.

         Haz una lista de tus preocupaciones, averigua si algunas cosas que te preocupan se cumplieron. Hazte la pregunta ¿qué es lo peor que me puede pasar a mí o a los demás? o ¿qué posibilidades hay de que ocurra? Descubrirás que, la mayoría de las veces, las preocupaciones son completamente infundadas.

         Enfrenta tus miedos con pensamientos y comportamientos productivos, cuando las circunstancias adversas toman fuerza, la inclinación natural es desfallecer, pensar que todo se terminó, que nada vale la pena. Si experimentas una situación similar es hora de volver la mirada a Dios y pedirle fortaleza, ya que en lo espiritual él es el especialista.

¿De dónde viene la fortaleza de espíritu?
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