Cómo cuidar nuestra mente I
Aprendiendo a enfrentar las preocupaciones

 

Efectos negativos en el organismo
 

El pensar continuamente en nuestros problemas interfiere con nuestra capacidad para solucionarlos; esto puede crear un círculo vicioso, pues al seguirnos preocupando acarreamos más problemas y, lejos de solucionarlos, nos hundimos en un gran dilema.

         La mente es el lugar donde más cansancio acumula el hombre, es donde moran nuestros sentimientos; la depresión es el cansancio de la mente. Las preocupaciones enferman la mente y esto puede llevar a enfermar también el cuerpo.

  • Dolor de cabeza

         No es raro que estas personas padezcan dolor de cabeza, generalmente localizado sobre los ojos. A nivel mental estas personas son poderosas y tienen una energía mental desbordante, pero por desgracia, no saben cómo utilizarla o la usan de manera incorrecta y agotadora.

         El dolor de cabeza tensional es el más común, por desgracia, aunque son personas que domina más el lado intelectual, por cuanto usan la mente demasiado, la usan de manera incorrecta y agotadora.

  • Insomnio

         El que te preocupes de manera exagerada no sólo va a conducirte a nada bueno, sino que además produce un gran malestar, interfiere en el trabajo y no te deja dormir.

         Por ejemplo, llegas a casa después de un día difícil, tuviste problemas en el trabajo y, aunque parece que todo está solucionado, no eres capaz de olvidar lo sucedido. Se te ocurren un montón de cosas que debías haber dicho en esa reunión y no dijiste. La sensación de haber cometido algún error te pone nervioso y tienes miedo de quedar mal ante tu jefe.

         Repasas mentalmente una y otra vez lo sucedido, cada palabra dicha, cada decisión tomada. Encuentras errores, los analizas, recuerdas alguna frase concreta y te preguntas “¿qué quiso decir realmente con eso?”. Al final, el cansancio mental te vence y decides ver un rato la tele y no pensar más en eso por el momento.

         Pero llega la hora de dormir y mientras estás en la cama empiezas de nuevo a darle vueltas y vueltas al mismo tema, incansablemente. Se te ha quitado el sueño y te mueves inquieto en la cama; tal vez en ese momento empieces a preocuparte también por ese insomnio que hará que no estés despejado a la mañana siguiente. Deseas dormir, olvidar, dejar de torturarte y hundirte en un sueño profundo, pero parece imposible.

         La persona preocupada tiene un predominio del lado intelectual sobre el emocional; vive más en su cabeza que en sus sentimientos. Analiza, piensa constantemente y en su cabeza hay una continua lucha mental. “A veces me dan ganas de golpearme la cabeza contra la pared para que pare esto”, piensan algunos.

         Es como si todo lo que llegara a la mente de esas personas fuera importante y digno de ser tenido en cuenta: cada idea, cada recuerdo o imagen que surge en su cabeza. Nada se puede desechar; no son capaces de separar lo que verdaderamente importa de lo que no importa tanto.

         ¿Dónde está la cura? El cansancio físico lo podemos resolver durmiendo, pero la enfermedad de la mente, el cansancio y la preocupación se ponen peor con el dormir, pues nos despertamos más decaídos.

Motivos de preocupación
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