Cómo cuidar nuestra mente I
Aprendiendo a enfrentar las preocupaciones

 

Motivos de preocupación
 

Buscamos una orientación consistente y nos sentimos desorientados; la desorientación es tan profunda que nos alcanza a nosotros mismos. La razón de esta desorientación es porque el mundo en el que vivimos está dominado por un sinnúmero de problemas; para algunos el problema es cómo ganarse la vida, en otros, la competencia económica.

         El estudiante se preocupa porque su carrera universitaria está llena de exigencias. Tiene temor de que las puertas se le cierren porque hay muchos profesionistas como él ya graduados y la situación es difícil para los profesionistas jóvenes que andan a la caza de trabajitos.

         Empleados amargados en su trabajo, sin horizontes, haciéndolo por rutina, incapaces de despertar entusiasmo y cuyo sueldo no les permite afrontar el problema de su matrimonio.

         Políticos asqueados de su propio vocabulario de promesas huecas, que se dan cuenta que no están afrontando los problemas reales, y ni siquiera saben cómo solucionarlos.

         Soldados que han peleado una guerra sin saber por qué y que no se han ganado el mundo después de ella. Militares que lucen uniforme y limpian armamento que nunca han de usar, preocupados por su porvenir y por el ascenso a un puesto mejor.

         Solteros que no saben cuando se podrán casar, y casados con mil problemas de la mente, de dinero o de consciencia atormentada, que los hacen vivir una vida doble.

         La excesiva preocupación lleva a muchas personas a estar bastante más estresados que otros, se llevan el trabajo a casa, se toman pocas vacaciones y siempre tienen que estar ocupados en algo. Quedarse sin trabajo es un golpe tremendo para ellos, aunque en seguida se ponen en marcha y no paran hasta encontrar uno nuevo.

         Debemos hacer todo lo posible por controlar nuestras respuestas cuando se presenta una adversidad; reaccionar bien, en vez de reaccionar  de inmediato. Debemos tomar esto como el orden a seguir; se debe pensar creativamente para hacer uso pleno de todos los recursos a nuestro alcance para enfrentar dicha adversidad.

         Hay que despejar la mente de las nubes viscerales que confunden y desorientan, esto es, aquellas emociones que no controlamos y que nos confunden.
        
         Se debe determinar lo más pronto posible, y con la mayor claridad, qué parte del problema y de su solución verdaderamente le pertenece a uno, porque no hay nada peor que ser el "dueño" de un problema que no es de uno o para el cual uno no tiene posibilidad alguna de contribuir a su desaparición.

La actitud correcta para resolver los problemas y preocupaciones
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