La verdadera esperanza: "El deseo cumplido"
 

Una esperanza real.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

La creación misma nos da testimonio de que hay un Creador cuando observamos la creación, el cielo y las estrellas, cuando observamos el verdor de los campos en primavera, el olor de las flores, el sabor delicioso de las frutas, el nacimiento de un niño, de un bebé, su ternura, su mirada, dulzura, belleza, sonrisa, vemos que detrás de todas esas maravillas de la creación, hay un real Creador, y el hombre mismo busca esa gloria, esa forma de vida superior en Dios, reflejando a Dios en su propia vida y cumpliendo Su voluntad, no solamente haciéndolo como un simple acto de obediencia sino como un medio para reflejar a Dios.

Esa es la grandeza del hombre cuando conoce a Dios, cuando tiene una relación personal con el Dios vivo y verdadero, por medio de Cristo Jesús.

Una esperanza real

La miseria del hombre se refiere a algo más profundo que sufrir por no ver cumplida una expectativa o esperanza en la vida; hay algo que es más miserable aún.

La miseria del hombre tiene que ver precisamente con la desobediencia a los mandamientos de Dios, cuando se quebrantan, cuando se desobedecen, el hombre se separa de Dios, y a esto se le conoce como pecado.

La magnitud y la profundidad de la miseria humana se ve en el hecho de que el hombre no pueda tener comunión o relación personal con un Dios vivo y verdadero y tampoco con sus semejantes.

¿Cuál es la salvación del hombre con respecto a esta desesperanza que acabo de mencionar con esta falta de comunicación, con esta incapacidad, para poder vivir como a Dios le agrada? ¿Cuál es la verdadera esperanza? Hay esperanza, Jesucristo vive, esa es la respuesta, tal como lo narra la Escritura :

“La esperanza que se demora, es tormento del corazón, pero árbol de vida es el deseo cumplido”.

Cuántas esperanzas que se demoran, o que no se cumplen son hoy en día un verdadero tormento del corazón: la mujer cuya esperanza estaba fundada en un hombre que la haría feliz, pero hoy ese hombre es frío, áspero o infiel hacia ella, la esperanza de ese hijo, que buscaba el afecto de sus padres, pero hoy se siente con las manos vacías, con el corazón vacío, sin afecto y sin amor, la esperanza de aquel hombre que pensaba que a través de la educación, de ese negocio iba a lograr triunfar económicamente.

Una esperanza real
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