Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Conocí el caso de una doctora la cual provee económicamente a su casa. Ella lleva la carga económica y sostiene también los estudios de los hijos, el pago de todos los recibos de la casa y su esposo es un perezoso, es un hombre que aparentemente tiene carisma, sabe sonreír con los vecinos, sabe ganarse la amistad de las personas fuera de la casa, pero es la fuente de amargura de esta mujer por cuanto no provee y no se hace responsable de sus hijos.

Cuántos hombres hay así hoy en día, han abandonado su compromiso matrimonial y quieren comportarse como niños adultos, en juergas, parrilladas, borracheras, parrandas, en adulterios, noviazgos, aventuras románticas, en flojera, en pereza, en perder largas horas frente al televisor, en su deporte favorito, en aspereza, en corajes, en iras en contiendas fomentando una atmósfera terrible, desintegrada, una atmósfera nada afectiva en el hogar.

La generación nueva de los jóvenes, solamente cuando vemos su conducta, su rebeldía, su forma de vestir, cuando vemos a los jóvenes llenos de odio en sus corazones, su flojera para hacer las cosas, su manera de comportarse, su adicción a las drogas o al alcohol, o algún tipo de forma o estilo de vida, solamente estamos viendo el resultado del descuido del padre, del varón, del líder en el hogar latinoamericano.

Padres con esperanza

A todos los padres de familia que todavía tiene sensibilidad en sus corazones, que tienen el deseo de construir un hogar verdadero, bien fundado, les invito a que vuelvan sus corazones a sus hijos.

Papá tú adquiriste un gran compromiso cuando fuiste al altar con tu esposa, cuando hiciste esos votos de matrimonio, adquiriste un gran compromiso ante Dios, ante las leyes civiles en la tierra, ante los testigos que te oyeron decir que serías fiel a tu esposa hasta la muerte, que proveerías económicamente, que serías el líder de la casa.

¿Pero qué pasa hoy en día cuando te has desligado de ese compromiso? ¿Qué ambiente has generado en tu esposa, de amargura, resentimiento, desaliento y depresión? Cuántas mujeres están con un volcán adentro, un torbellino en el alma que está conmoviendo todo su ser interno porque no se sienten respaldadas por sus propios esposos, se sienten solas.

Cuántos muchachos anhelarían tener comunicación con los padres. Los jóvenes adolescentes anhelan tener comunicación con el padre, sobre todo entre los 11 y 15 años de edad.