Entendamos que el niño todavía no está capacitado para eso y se va a enfrentar con un estrés grandísimo porque no aprueba las materias, porque papá o mamá lo va a regañar de forma muy severa, y porque él mismo se siente que no puede sacar adelante la cuestión escolar. Todo eso son factores para la depresión en los niños.

Entonces hay dos motivos por los cuales hay que enseñar a los niños a estudiar:

1. Porque es necesario que apruebe el ciclo escolar y las materias para que pueda seguir estudiando.

2. Para fomentar en ellos un carácter más seguro y más estable, y que no estén frecuentemente frustrados con una tentación a la depresión porque no saben sacar adelante sus materias escolares.

Las estadísticas señalan que el 5% de la población general de niños padece depresión. Al respecto es necesario hacer una aclaración: cualquier niño puede tener un periodo de tristeza, de llanto, de angustia; es natural que un niño pueda llorar o sentirse triste.

No estamos hablando de que el niño nunca deba sentirse triste, naturalmente cuando al niño no le sale bien algo, cuando hizo alguna travesura, cuando el papá lo regañó, cualquier niño puede tener tristeza en algún momento de su vida, eso no lo cataloga como un niño deprimido y no nos estamos refiriendo a eso.

La depresión es algo mucho más fuerte que llorar en un día, es mucho más fuerte que el niño se haya sentido triste en algún momento dado. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida de algún ser querido o que tienen desórdenes de la atención o de la conducta, o discapacidades en el aprendizaje o aun también problemas de salud mental, corren aun mayor riesgo de sufrir depresión.