Las Escrituras nos hacen referencia precisamente al efecto que puede producir en el ser humano un vínculo inadecuado en el área sexual.
Quiero citar una porción precisamente de las Escrituras que se encuentra en 1ª de Corintios 6:18, dice: “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”
El apóstol Pablo está hablando acerca de una actitud que uno tiene que tener hacia la fornicación, la fornicación teológicamente hablando no se refiere exclusivamente a la relación sexual prematrimonial, el término fornicación viene del griego porneia que significa cualquier actividad sexual ilícita, es decir, cualquier vínculo sexual inapropiado.
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Esto podría ser aplicado en áreas como las que hemos estado mencionando en donde se empiezan a dar vínculos sexuales que no son adecuados, que están fuera de tiempo, que son prematuros, y la Escritura dice: Huid de la fornicación. Es decir, huir de cualquier vínculo sexual, ilegítimo, inapropiado, y comenta, porque cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; mas el que fornica contra su propio cuerpo peca.
Está hablando de las repercusiones que genera la actividad sexual ilícita en el cuerpo humano, está hablando acerca de los efectos que produce sobre el organismo, sobre la mente, sobre el alma, sobre el cuerpo de la persona que lo está llevando a cabo.
Es increíble ver cómo a pesar de que la Escritura fue escrita hace miles de años, el día de hoy continúa teniendo mucha certeza y agudeza con respecto a tantas áreas y no es diferente en el área o en el estudio de la sexualidad, por lo cual es importante que uno como padre de familia pueda tener esa actitud, y la Escritura dice: Huid.
La palabra huir significa el tomar las medidas necesarias para evitar ser atrapado por algo, ser influenciado por algo, ser dañado por algo que sabemos que puede llevarnos a una destrucción.
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