Esta semana Esperanza para la Familia ha formado parte del compromiso social que se propusieron diferentes organismos públicos y privados para erradicar la explotación infantil en México.

Dentro del Foro “Erradiquemos el Trabajo Infantil”  que tuvo lugar el pasado 10 de junio y que emana del programa “Los organismos públicos de derechos humanos trabajando por la niñez trabajadora; un problema global”, impulsado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Federación Mexicana de Organismo Públicos de Derechos Humanos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, se pactaron compromisos de apoyo a la infancia que sin duda marcarán un paso más en la lucha para erradicar eficazmente el trabajo infantil.

La representante de Esperanza para la Familia en el Estado de Jalisco y quien actualmente se desempeña como Consejera Ciudadana en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, participó en el Foro junto con diversos representantes del sector público, la comunidad académica, gremial laboral, y de la sociedad civil organizada, reafirmando esta labor social que tiene entre sus objetivos principales:

• Contar con un diagnóstico real que permita la planeación de acciones eficaces para erradicar el trabajo infantil;

• Exigir los derechos básicos de Salud y Educación que merecen los niños, niñas y adolescentes que laboran y que se encuentren en lugares insalubres y peligrosos;

• Promover la armonización legislativa estatal con los tratados internacionales y la legislación nacional en materia de trabajo, a fin de mejorar los mecanismos que otorguen protección legal a la niñez, y permitan ejecutar de manera efectiva acciones para la erradicación de la mano de obra infantil.

Según cifras de la Organización Internacional deI Trabajo (OIT), al menos en la región de América Latina, del total de niños trabajadores (14 millones), 4 millones son adolescentes que realizan trabajos peligrosos, y los otros 10 millones son niños entre 5 y 14 años, los cuales estarían trabajando por debajo de la edad mínima para trabajar.

El panorama en México con más de 3.5 millones de niños laborando, es muy desalentador sobre todo si se toman en cuenta sus terribles consecuencias en los niños, entre las que destacan: heridas, quemaduras, amputaciones, retraso del crecimiento, pérdida de la autoestima, problemas de adaptación social y traumas, entre otros.