Algunos padres batallan para decirles “No” a sus hijos
Por qué es importante que los niños lo escuchen.
Cómo y cuándo decirlo.
Por: Francis Meagan
¿Quién de nosotros no ha cedido ante su hijo cuando nos ha pedido un dulce o un juguete, a pesar de haberle dicho inicialmente que NO?
Según David Walsh Ph.D., esto ocurre a menudo y es un dilema que va en aumento. El Dr. Walsh, fundador del Instituto Nacional sobre los Medios y la Familia, dice que los padres de hoy son casi alérgicos a decir NO. "Los padres de familia piensan que hablar de esta manera lastima a sus hijos y les preocupa afectar su autoestima."
En su nuevo libro, “NO: ¿Por qué los niños -de todas las edades– necesitan escucharlo. Formas en que los padres pueden decirlo”, el autor habla de nues-tra renuencia a negar las peticiones de nuestros hijos y por qué el escuchar un "No" más bien les ayuda en la formación de carácter.
Entrevista de Parent & Child (Padres e hijos), al Dr. David Walsh:
¿Por qué piensa usted que a los padres de hoy les parece tan difícil decirles NO a sus hijos?
Los padres de familia estamos más ocupados que nunca y a menudo sentimos una gran culpa por no estar pasando un buen tiempo con nuestros hijos como quisiéramos, de tal modo que cuando estamos con ellos queremos que se sientan muy felices y sea un momento agradable, por lo que terminamos haciendo cosas que les complacen, y estamos reacios a contestarles con un "No".
¿Cree usted que existan otras razones para ello en las cuales tengan que ver los Medios?
Sí. Creo que los medios de comunicación modernos y la publicidad, se han combinado para enseñarnos cuatro “valores”: MÁS, FÁCIL, RÁPIDO y DIVERTIDO... y todos hemos sido afectados por ellos. A los padres les causa molestia el hacer sentir a sus hijos infelices o desilusionados, piensan que eso afecta su autoestima, y es parte de una epidemia que se está extendiendo. Yo lo llamo DDD (por sus siglas en inglés) o Trastorno por Déficit en la Disciplina, cuyos síntomas son: incapacidad para expresar el agradecimiento, impaciencia, egocentrismo, y un consumismo incontrolable. La tarea de ser padres hoy en día es más difícil que nunca, porque insisto: los medios de comunicación y la publicidad nos han lavado el cerebro haciéndonos creer que nuestros hijos deben tener más, y más, y debemos darles todo en forma rápida, fácil y divertida.
Sabemos que la autoestima es importante, pero ¿cómo es que este concepto se ha distorsionado?
La verdadera autoestima es muy importante, pero ésta se construye a través de la motivación, la comunicación, y la confianza. La autoestima no es un concepto nuevo, pero fue malentendida popularmente desde las décadas de los 70’s y 80’s. Se ha creído que “el sentirse bien” debe anteponerse al “actuar bien”. En otras palabras: lo primero es sentirse bien uno mismo y luego, actuar en base a ello. Pero no hay evidencia que pruebe la utilidad de esa filosofía. Sí, es importante que los niños se sientan bien consigo mismos, pero es incorrecto que los padres traduzcan “el sentirse bien” como sinónimo de autoestima.
¿De qué manera pueden los padres ayudar a sus hijos a construir una verdadera autoestima?
En lugar de hacer cosas para nuestros hijos, tenemos que fomentar que hagan ellos las cosas, por sí mismos. No basta con decirles a nuestros hijos “eres bueno” o “tú puedes”. Debemos brindarles experiencias a través de las cuales ellos se convenzan de que sí pueden y son buenos porque realmente lo han hecho. En esta cultura, tendemos a pensar que la autoestima es lo primero, y luego se desarrollan las capacidades, pero en realidad es al revés. Por ejemplo, si tú enseñaste a tu hijo a ser cooperativo y llevarse bien con los demás, verás que va a tener más amigos, y en consecuencia, va a sentirse bien consigo mismo.
Regresando a la palabra “No”, díganos ¿cómo es que al escuchar
esta palabra, los niños reciben un beneficio?
Les ayuda a desarrollar su iniciativa y determinación. Es ahí donde realmente la autoestima se fortalece, al mantenerse firme ante una desilusión. Si exageramos en cuidar a nuestros hijos de ser desilusionados porque no recibieron lo que pidieron, nunca conseguiremos que en la práctica puedan lidiar con ello; en cambio si a los niños se les enseña a través de esas desilusiones, se darán cuenta de algo: "no lo logré, pero voy a intentar con algo más." Es así como descubren que no se trata de “un callejón sin salida”, sino más bien de soluciones que todavía no encuentran, y desarrollarán el ingenio para hallarlas. También desarrollan su determinación y paciencia. Blindar pues, a nuestros hijos de estas sencillas situaciones, en realidad les destruye su autoestima.
¿Cómo es que el decirles frecuentemente "No" a los hijos, puede ayudarles a tener éxito en la escuela?
El principal factor que ayudará a los niños a tener éxito en la vida es la autodisciplina. La autodisciplina garantiza dos veces más el éxito académico que la propia inteligencia. Nuestros niños tienen mucha inteligencia y aun más que eso; el problema es la falta de autodisciplina. A veces en la escuela se tiene que invertir más tiempo en la formación de una buena conducta, con lo cual se resta tiempo al aprendizaje.
¿Y cómo ayudará en casa?
Nacemos con una serie de impulsos o tendencias. Una de ellas es la búsqueda del placer y el rechazo del dolor. Nacemos con esa tendencia, la cual debe entrar en balance con otras necesidades humanas. Cuando una pequeñita tiene tarea por hacer, y al mismo tiempo tiene un millón de otras cosas que preferiría hacer, sólo tendrá éxito si es capaz de controlar sus propios impulsos lo suficiente, como para quedarse sentada en su silla y hacer su tarea. Cuando ella pueda hacer eso, diremos que ha tenido éxito y se sentirá bien consigo misma.
¿Los padres deben dar una explicación a sus hijos cada vez que les dicen que NO?
Creo que es bueno dar una explicación a los hijos, pero no esperemos que el niño esté de acuerdo con ella. Ellos van a seguir queriendo aquel dulce, y nosotros tendremos que mantenernos firmes.
La palabra “No” suena un tanto negativa… ¿podríamos transmitir lo mismo a nuestros hijos sin tener que usar esa palabra?
Desde luego que sí. No hay nada mágico en la palabra NO. Podemos decirla en un millón de maneras diferentes. De hecho, con los niños más pequeños es mucho mejor establecer límites y consecuencias de forma positiva. Si usted dice: "No te subas ahí", todo lo que ellos registra es "subir ahí", por lo cual resulta mejor decir: "Por favor, quédate en el piso." Entonces, no es la palabra, sino la forma en que se dice. No se trata de expresar un NO tajante y duro, ni autoritario en el campo de la crianza. Tampoco pretendemos corregir a los padres, sino mostrarles un equilibrio en la crianza de sus hijos: una forma firme y a la vez positiva. Debemos emplear la misma energía en formar lo bueno en nuestros hijos, que en corregirles lo malo.
¿Qué otros valores piensa usted que necesitamos reforzar en los niños?
Sobre todo, el amor. Los niños con una autoestima distorsionada terminan creyéndose más que otros o dándole mayor valor a sus intereses o derechos personales. Pero amar al prójimo significa que las necesidades y los derechos de los demás, son iguales a los míos; los niños necesitan saber eso. |