“A su alma hace bien el hombre misericordioso…” dice un proverbio hebreo registrado en las Sagradas Escrituras (Pr. 11:17), y cuánta razón contiene esta sencilla verdad pues realmente conocemos muy poco de los beneficios que trae a nuestra persona el hacer el bien a los demás.
Servir, dar amor y llevar alegría a otros es una actividad maravillosa que ciertamente bendice mucho a quien recibe ese bien: tan solo pensemos en la alegría que siente un enfermo al ser visitado en un hospital, o un recluso en su cautiverio, o tan solo la gran satisfacción de quien recibe un plato de comida después de haber padecido hambre por varios días…
Pero ¿qué hay del otro lado? ¿Qué ocurre con aquella persona que con frecuencia lleva felicidad a su prójimo? ¿Qué es eso “benéfico” que le ocurre al alma del hombre misericordioso? En este espacio nos proponemos hablar un poco de las grandes bondades del altruismo.
"El acto de dar a otro puede traer beneficios a la salud mental solo por el hecho de que la persona deja de centrarse en sí misma, combatiendo así la naturaleza propia de la ansiedad o la depresión”, escriben los investigadores Carolyn Schwartz, ScD, de la Universidad de Massachusetts Medical School, y sus colegas.
Takeo Fujiwara, investigador de la Escuela Pública de Salud de Harvard, examinó la función protectora que el altruismo puede ejercer sobre la salud mental, basándose en los resultados de diversas investigaciones que demostraron que las personas que participan en actos de altruismo gozan de algunos beneficios psicológicos, como desarrollar un sentido más profundo de conexión con la familia y la comunidad.
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Inspirada en el ejemplo del Dr. Hunter Patch Adams, la Dra. Blanca G. de Fuentes del Instituto Mexicano del Seguro Social, comenta en su artículo El servicio como alimento al sentido de vida: “…cuando se sirve desde lo más profundo del ser, no se espera recibir nada a cambio; pero definitivamente siempre se recibe mucho más de lo que se da.” Clic aquí para leer extracto.
Clic aquí para descargar Presentación-Reseña del Dr. Patch Adams
Elizabeth W. Dunn, profesora de psicología de la universidad canadiense British Columbia, dijo tras realizar algunas investigaciones relacionadas al tema, que no le sorprendió concluir “…que hacer algo por los demás haga que la gente se sienta feliz”.
Y es que hasta el cerebro estimula esa sensación de bienestar cuando servimos desinteresadamente:
La dopamina es el neurotransmisor que produce la sensación de bienestar. |
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Hay liberación de dopamina en el cerebro cuando realizamos actividades altruistas.
Melissa S. Brown, Centro de Filantropía de la Universidad de Indiana.
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Clic aquí para leer más investigaciones realizadas sobre los beneficios del altruismo. – Nota editada de Paulo Alvarado; extracto de publicación en EL NORTE / Noviembre, 2008.
MEJOR ES DAR QUE RECIBIR
No es casualidad pues, que el mismo apóstol Pablo hiciera referencia a estas sabias palabras que quedaron asentadas en las Sagradas Escrituras:
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:35)
¡Grande verdad! Practícala dignamente y lo comprobarás.
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