“La  esposa debe esforzarse para enseñar a sus hijos a respetar a su padre. Esto hace que el padre pueda ayudar mejor a sus hijos en la crianza. Incluso cuando esté molesta con su esposo, nunca dejar que los niños lo sepan.”

Por: Dr. Humberto Ayup
Consejero Familiar


La  mujer sabia es aquella que puede relacionarse con sus
hijos y con su esposo de tal manera que en esa relación trata siempre de mantener una armonía y equilibrio entre ella y su esposo, y los hijos.

Las madres pueden ayudar a unir a las generaciones, es decir pueden motivar la unidad cuando hay hijos mayores e hijos menores, o también pueden en otros casos, provocar un distanciamiento nocivo entre los integrantes de la familia.

Este concepto lo entendí muy bien en un testimonio que escuché de un padre de familia, acerca de cómo su mamá destruyó la relación que podría haber tenido con su padre.

Las madres son los intérpretes principales de la personalidad del padre: ellas trasmiten naturalmente el carácter y la integridad del padre ante sus hijos. En otras palabras, la manera en que los niños ven a sus padres es en gran parte producto de las cosas que sus madres les han hablado a ellos de su padre e inclusive de cómo se sienten ellas acerca de sus maridos.

El testimonio real que comparto es de William. Su madre destruyó la relación que podría haber tenido con su padre. Esto es lo que relata:

Recuerdo que mi madre continuamente menospreciaba el carácter de mi padre delante de mí y de mis hermanos, aun cuando estábamos sentados para comer en la mesa junto con nuestro padre. Mi padre era callado y no respondía a los desprecios de mi madre, el permanecía sentado a la mesa y parecía servil ante mi madre pues permitía estos ataques delante de mí y de mi hermano.

Solía decirle mi madre delante de todos cuando estábamos en la mesa: “¡Tú eres un conformista! Mira qué trabajo tan mediocre tienes, eres un perdedor. No tienes valor para conseguir un mejor trabajo o ganar más dinero. Te ves como un hombre fracasado…”.

La actitud de mi padre ante estos comentarios delante de mi hermano y yo sentados en la mesa de la cena era de silencio, solo callaba mirando a su comida.

Mi madre nunca mencionaba las virtudes de mi padre, ni el hecho de que mi padre trabajaba duro y todo su dinero lo llevaba a la casa. En lugar de eso mi madre se centró solo en lo negativo y la imagen que nos transmitía de nuestro padre era un hombre que no luchaba y se mantenía pasivo ante situaciones de las cuales él no tenía control.

Al no enfrentar los duros y críticos comentarios de mi madre, mi padre parecía confirmar lo que ella decía, afectando así su imagen ante nosotros, quienes creíamos que así en realidad era mi padre.

“Esto no me transmitía la imagen de un hogar feliz…” -continua William- “y de esta manera cuando crecí sentía que no estaba preparado para asumir mi papel de esposo y padre”.
 
El testimonio de William apoya claramente el hecho de que la madre es un filtro básico y tiene una enorme importancia en la relación padre-hijo.

También es cierto que un padre puede actuar de la misma manera, es decir, hacer un gran daño a la relación de su esposa con sus hijos influyendo negativamente en la imagen que ella proyecte hacia ellos.

Sin embargo he oído testimonios también de madres sabias que han sabido guardar la integridad y el carácter moral del padre delante de sus hijos, a pesar de los problemas o deficiencias que el esposo pudiera presentar en diferentes momentos.

Recuerdo a Lilia, una mujer ejemplar que tenía un esposo que continuamente derrochaba el dinero con los amigos en el bar. Ella y su esposo Daniel habían procreado 4 hijos quienes desde pequeños veían el respeto que Lilia siempre mostraba a la persona de su padre y escuchaban de ella sus comentarios con respecto a las cosas positivas de su padre. Finalmente se graduaron todos de estudios superiores y mantuvieron hogares felices aprendiendo a ser padres y esposos.

No fue fácil para Lilia esto, pero los resultados fueron asombrosos. Los hijos de ella se encargaron de su bienestar económico y salud. El padre finalmente cambió, tomó una
actitud contraria y resultó ser un buen padre para sus hijos.

¿Cuál es la diferencia? En el primer testimonio que expuse -el de William- su madre no supo ser un filtro útil que presentara ante sus hijos las virtudes de su padre. Ella solo exponía los defectos de su marido, y William finalmente nunca se sintió seguro de acoger con firmeza su rol de padre y esposo.

En el segundo caso, Lilia fue un filtro bondadoso y sabio del carácter y la integridad del padre. Exaltando las virtudes de su padre y no permitiendo a sus hijos hablar mal de él. El resultado fue que los cuatro hijos terminaron con hogares estables y ejerciendo normalmente su papel de padres y esposos.

“La mujer sabia edifica su casa, más la insensata la derriba”, así dice Dios en Su sabiduría expresada en las Sagradas Escrituras.

Madre, las Escrituras te pueden hacer sabia para que seas un filtro bondadoso y presentes ante tus hijos el padre que ellos necesitan como ejemplo para su futuro hogar.

Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©