Los síntomas varían mucho, pero los más comunes son:

Delirio:
Se refiera a creencias falsas pero muy acentuadas que el afectado siente como totalmente reales. Pueden llevar al individuo a creer en forma tremendamente exagerada en su propia importancia, poder, conocimiento, habilidades o identidad. Algunas personas sufren de delirio de persecución (paranoia), por ejemplo, tener la falsa creencia que está siendo atacado/a, molestados/as, que les hacen trampa, que les espían o que hay una conspiración contra ellos. Algunas personas creen que las cosas que ocurren en el mundo externo se refieren a ellos (ideas de referencia). Ejemplos son creer que otras personas hacen cosas debido a ti o que la radio o la televisión se está refiriendo específicamente a ti, y habitualmente en forma negativa.

Alucinaciones:
Ver, oír, sentir, tocar, oler o saborear cosas que no están allí. Las alucinaciones tienen que ver con los sentidos. Escuchar voces es la alucinación más frecuente en las personas con esquizofrenia.

Ilusiones:
Alteraciones de la percepción que son menos intensas que las alucinaciones. El individuo experimenta períodos de mayor conciencia sensorial, en la que los sonidos parecen más fuertes o más agudos que lo acostumbrado y los colores aparecen más brillantes, o bien períodos de conciencia apagada en que la llegada sensorial parece estar bloqueada. Otras ilusiones pueden incluir fenómenos en que las cosas parecen alejarse o acercarse, o la propia voz o el propio reflejo en un espejo, por ejemplo, parecen diferentes e incluso amenzantes.

Alteraciones del pensamiento:
Suele ser denominado “pensamiento confuso” por los que lo sufren. Las alteraciones del pensamiento se caracterizan por la incapacidad de concentrarse, de conectar los pensamientos en forma hilada o por la incapacidad de pensar en forma clara. Los procesos del pensamiento pueden apurarse (fuga de ideas) o enlentecerse, o parecer bloqueados de manera que la mente de la persona se siente totalmente en blanco. Las alteraciones del pensamiento han sido comparadas a un filtro roto que permite que todo lo que entre a la mente tenga la misma importancia. Por ejemplo, darle la misma importancia a los números de una patente de automóvil que a las preguntas de un profesor.

Cambios emocionales y conductuales: 
La persona puede experimentar cambios súbitos e inexplicables del ánimo, como pena intensa, felicidad, excitación, depresión o rabia, que surgen sin motivo ni aviso previo. La falta de sentimientos puede ser igual de turbadora. Los síntomas que suprimen un rango de emociones normales suelen ser denominados “síntomas negativos”. La persona parece no poder sentir nada, ni alegría ni dolor. A veces esta pérdida de sentimiento se extiende al concepto de “sí mismo”. El individuo experimenta un sentido de irrealidad acerca de quién es o dónde está o dónde termina su cuerpo. Más que cualquiera de los síntomas descritos, los cambios conductuales indican a los demás la posible presencia de la condición.

Un signo precoz del trastorno suele ser la retracción social, ya que el individuo encuentra que la interacción con las personas y las cosas se torna cada vez más difícil. Una actitud común de este tipo es la incapacidad de interesarse en la higiene personal o en el aspecto. La falta de energía, de interés, de motivación o el tener menores niveles de actividad, de movimiento o del habla. Estos signos y síntomas deben alertar a los amigos y familiares que algo puede andar mal. En forma similar, los patrones de comportamiento inusuales para el individuo en cuestión o respuestas claramente inadecuadas (risa exagerada, o llorar en circunstancias no apropiadas, o hablar solo excesivamente) pueden indicar el acercamiento de un episodio de esquizofrenia.