Los signos más frecuentes son:

  • Mirarse constantemente en el espejo y aún así sentirse enclenques.
  • Invertir todas las horas posibles en hacer deportes para aumentar la musculatura.
  • Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas que hacen fisicoculturismo.
  • La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo compulsivo, que hace que el vigoréxico se sienta fracasado, abandone sus actividades y se encierre en un gimnasio día y noche.
  • También siguen dietas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas para aumentar la masa muscular, por lo que corren mayor riesgo de abusar de sustancias como hormonas y anabolizantes esteroides.