Según el DSM-IV, la fobia social se describe como miedo intenso, irracional y persistente, que fue evaluado negativamente por otros. Provoca ante determinadas situaciones una reacción ansiosa inmediata, desde una aprehensión difusa hasta un pánico situacional.

Los desórdenes de la ansiedad social (fobia social) son altamente prevalentes y de curso crónico si no es tratado. Frecuentemente se asocian a comorbilidades mentales y problemas relacionados al abuso de sustancias, y son capaces de producir incapacidad.

El comienzo de la fobia social es generalmente entre los 11 y 19 años de edad, es raro después de los 25 años, pero puede existir una fobia social remanente no provocada por años, hasta que un evento social nuevo (ej. reunión con gente nueva, hablar en público, etc.) gatilla el síndrome.

No tratada, tiene un curso crónico y no remite. Pueden reducir los síntomas temporalmente evitando situaciones sociales selectivas, pero conduce a una incapacidad profunda y severa, ya que se ha demostrado que el 85% de los pacientes presentan dificultades académicas y laborales.

Aproximadamente la mitad de los pacientes presentan comorbilidades mentales (depresión), o problemas con drogas o alcohol, por lo que deben ser evaluados cuidadosamente.

Se han diseñado varios test de detección de este desorden pero son cuestionarios largos que requieren 25 minutos o más para ser llenados completamente, por lo que se han seleccionado preguntas como instrumento para detección, con sólo respuestas afirmativas de sí o no, con una sensibilidad del 89%:

1. Pasar vergüenza o verme estúpido son mis peores miedos.
2. Miedo a pasar vergüenza me hace evitar acontecimientos o hablar con gente.
3. Evito actividades en las cuales soy el centro de atención.
Respuestas positivas pueden significar que la fobia es un problema para el paciente por el cuál desea tratamiento.