March of Dimes recomienda a las mujeres embarazadas abstenerse de beber alcohol (incluidos la cerveza, el vino y sus derivados, y los licores) durante todo el período de embarazo y lactancia.
Además, puesto que las mujeres a menudo no saben que están embarazadas durante los primeros meses, las que puedan estar embarazadas o las que lo intenten, deberían abstenerse de consumir bebidas alcohólicas.

Cualquier cantidad de alcohol, por mínima que sea, puede poner en riesgo el desarrollo del feto, produciendo deficiencias mentales y físicas. Según la doctora María Luisa Martínez, médica española y conocedora del tema, las bebidas alcohólicas penetran al feto a través del torrente sanguíneo de la madre. Los daños se producen, porque la mamá elimina dos veces más rápido el alcohol de su sangre, que el bebé, forzándolo a realizar una tarea para la cual sus órganos no están preparados.
Incluso, sostiene Martínez, el alcohol puede crear una reducción en el coeficiente intelectual del bebé.