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Estrés agudo.
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Exceso de peso.
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Depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental.
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Problemas médicos como apnea del sueño o hipertiroidismo.
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Síndrome de la pierna inquieta (crispamiento espasmódico o endurecimiento de los músculos de la parte inferior de la pierna durante el sueño).
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Uso de cafeína u otros estimulantes
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Uso de alcohol, otras drogas depresivas o sedantes, que pueden relajarlo pero causan un sueño liviano e interrumpido, sobre todo si usa estas drogas por un tiempo prolongado.
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Medicamentos como los que se usan para tratar el asma
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Dolor y otro tipo de molestia causada por una enfermedad como la artritis.
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Falta de aliento causada por la enfermedad obstructiva pulmonar crónica (COPD) o la insuficiencia cardiaca.
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Malos hábitos de sueño, como por ejemplo irse a la cama a distintas horas, dormir en un ambiente ruidoso, o comer o trabajar en la cama antes de dormirse.
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Cambios en los patrones de sueño debido a distintos horarios de trabajo o a viajes (jetlag).