En psicoterapia lo importante es darle un sentido a esa emoción y hacer comprender al niño qué le sucede, pues para él no está del todo claro la razón de sentirse angustiado.

Durante la terapia lo ayudamos a entender, por ejemplo, lo que hay detrás de su miedo a la oscuridad, de las figuras amenazantes, humanas o imaginarias (fantasmas, brujas, monstruos), lo que representan y cuál es su función. A esta técnica se denomina elaborar y ayudar, a que en su momento el niño comprenda el suceso, lo afronte y, progresivamente, lo supere.

Lo primordial, repito, es resolver el núcleo de la ansiedad y no limitarnos a las manifestaciones clínicas, de lo contrario, podría suceder que desplace el síntoma a otra área de desarrollo.

La ansiedad puede preverse con las siguientes indicaciones:

1. Evitar que después de los 2 años el niño duerma con los padres o un hermano varios años mayor. Dormir acompañado le impide al niño desarrollar o poner en funcionamiento los mecanismos de defensa que controlan la ansiedad.

Al permitirle dormir con los padres, se le sobreprotege y se le desactiva su sistema defensivo y las probabilidades de resolver el conflicto disminuyen.

2. No permitir que el niño se bañe con los padres, especialmente el niño con la madre y la niña con el padre. La razón es que la desnudez paterna podría provocar que el niño interrogue sobre la diferencia de los sexos, y ello actuaría como un catalizador que le causaría angustia.

3. Evitar las películas o programas de televisión o cualquier tipo de imágenes agresivas y violentas. Entre los 3 y 6 años el niño carece aún de la capacidad para distinguir la realidad de la fantasía y de relativizar la violencia.

Dr. Pablo Jones

Psicoterapeuta