Los adolescentes, al igual que los adultos, pueden experimentar estrés todos los días y se pueden beneficiar de aprender las destrezas para manejar el estrés. La mayoría de los adolescentes experimentan más estrés cuando perciben una situación como peligrosa, difícil o dolorosa y ellos no tienen los recursos para enfrentarla o abordarla. Algunas de las fuentes de estrés para los adolescentes pueden incluir:

  • las demandas y frustraciones de la escuela
  • los pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismos
  • los cambios en sus cuerpos
  • los problemas con sus amigos y/o pares en la escuela
  • el vivir en un ambiente/vecindario poco seguro
  • la separación o divorcio de sus padres
  • una enfermedad crónica o problemas severos en la familia
  • la muerte de un ser querido
  • el mudarse o cambiar de escuela
  • el llevar a cabo demasiadas actividades o el tener expectativas demasiado altas
  • los problemas financieros de la familia.

Algunos adolescentes se sobrecargan con el estrés. Cuando ello sucede, el estrés manejado de manera inadecuada puede llevar a la ansiedad, el retraimiento, la agresión, las enfermedades físicas, o destrezas inadecuadas para confrontarlo tales como el uso de las drogas y/o del alcohol.