El Gran Valor de un Niño
 

Maestros: Profesionales al servicio de la educación
 

Entrevista a la Lic. Shaila Samanta Jaime Gómez,
Directora de la Escuela Primaria Federal “Narciso Mendoza”.
Por: Lic. Olga Almanza Garrido.- Terapeuta Familiar


Por esto la tarea del maestro es un trabajo muy noble. Porque qué fácil es llegar, cumplir con tu horario laboral para que llegue tu pago; muchos maestros hacen eso, soy testigo, me lo han comentado, pero cuando tú realmente tomas ese amor por tu profesión, a lo mejor hay muchas cosas, muchos problemas allá afuera, pero tú en tu salón, cuando tomas tu papel con tus alumnos, los conoces, los entiendes, les aseguro que va a ser una actividad que les va a traer muchísima riqueza emocional a cada uno.

A veces como maestro te encuentras con problemas en casa de tus alumnos. Cuando platico con mis alumnos y les pregunto: “oye, ¿cómo estás?” Los noto raros, y me dicen -maestra tengo este problema-” y te das cuenta de que los problemas de ellos son muchísimo más grandes que los tuyos, que tú tienes un problema sencillo al lado del que tu alumno está enfrentando y no solo eso, él es un ser vulnerable, es un ser pequeño, es débil, es frágil, tú por lo menos ya eres un adulto que lo puedes enfrentar mejor.

Entonces, es muy importante que los maestros retomemos esa función social que tenemos. En el salón, a veces somos padres, somos amigos, a veces somos autoridad, tenemos que ser profesionales en la educación, no técnicos.

¿A qué me refiero con “profesionales”? A detectar el problema en el aula y tratar de solucionarlo, no tenerle miedo a los problemas y a los retos. Cuando tú ves a un niño que está inquieto, tu primera reacción puede ser lanzarle un grito o molestarte, pero ¿por qué no entenderlo? Quizás él tenga un problema, quizá él está sufriendo un maltrato, un abuso.

Hay que acercarnos a ellos sin temor y con respeto. Se nos ha dicho: “no te involucres, es peligroso”, pero son nuestros alumnos; estamos trabajando con ellos todos los días, ¿cómo no nos vamos a preocupar por ellos? Tenemos que hablar con ellos, ver qué les pasa, algunos están inquietos porque no han comido, porque no durmieron bien, entonces ¿cómo vamos a ganar esa autoridad en el grupo?, pues como decías ahorita: a través del servicio.
 
Cuánta confianza para un niño escuchar de su maestro: ¿en qué te puedo servir? ¿en qué te puedo ayudar?, a lo mejor no los podremos ayudar mucho, pero escuchándolos vamos hacer la diferencia, tiene que haber una vinculación, el maestro tiene que brindarle confianza a sus alumnos, el maestro debe escucharlos y cuando hablo de brindarle confianza estoy hablando de darles el valor que ellos tienen.

A nosotros nos gusta que nos escuchen, a nosotros nos gusta que nos atiendan, a nosotros nos gusta que nos obedezcan, que nos hagan caso, bueno ¿por qué nosotros no hacerles caso a ellos?, no somos diferentes a ellos, somos seres humanos tal cual ellos, y ellos nos necesitan más a nosotros que nosotros a ellos, porque somos adultos.

Me gustaría mucho que los maestros puedan volver la vista, la mirada, el corazón y se sensibilicen hacia los niños, que los vean como niños, no como adultos de quienes ya queremos que hagan todo bien. No, ellos están en formación, están aprendiendo, a veces necesitan un abrazo, a veces necesitan una palabra de ánimo, nunca debemos de bajar las expectativas, no debemos decir: “¡ay! con este niño no puedo”, porque con esta actitud no lograremos cumplir nuestro papel.

“En toda labor hay fruto”
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