Los daños de la violencia intrafamiliar
 

Se trata de una crisis cada vez más común
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Mira parece que estamos describiendo multitud de hogares en nuestros países de América Latina, y no sólo eso, sino en países llamados del primer mundo, para que usted lo sepa Estados Unidos se lleva el primer lugar en violencia Intrafamiliar y es un país próspero. Tenemos otros países como por ejemplo Rusia, la violencia familiar y sígale contando, no estamos hablando de países desarrollados o países en desarrollo.

No estamos hablando de política, credo, raza, color, estamos hablando de seres humanos,  aquellos que abusan sexualmente imponiendo el uso de anticonceptivos a sus mujeres o presiones para que aborten porque no quieren más hijos o el menosprecio sexual.

La imposición de relaciones sexuales contra la voluntad de la mujer o contrarias a la naturaleza, pues si las mujeres son seres humanos, son valiosas, son bellas, son hermosas por dentro y por fuera también, ¿por qué vamos a destruirlas? ¿Por qué no fomentar en la mujer el amor el cariño, el respeto, la dignidad, la autoestima, el amor a los valores morales y familiares? ¿Por qué el padre tiene que acumular esa tensión y explotar? ¿Por qué no habla a tiempo, por qué no buscas ayuda? ¿Por qué no vas con la persona que sabes que te puede ayudar?

Recuerdo el caso de una mujer que lloraba fuertemente porque su marido en el primer día de la luna de miel le dio una golpiza y al día siguiente le trajo un ramo de flores  y después este hombre agarra el alcohol como su mejor aliado y todo el dinero que gana, ganaba buen dinero, lo gasta en alcohol, en mujeres, y llega borracho a la casa y da de golpes a la mujer, rompe cosas, bueno produce un ambiente de desorden, de desorientación, de violencia donde esos golpes se van quedando sellados, cauterizados en el corazón. Así se están produciendo una generación de padres violentos, de esposas violentas.

Hoy en día vemos que la comunicación es parte importante para evitar la violencia intrafamiliar, las cosas se pueden arreglar con una taza de café en una mesa, cuando nuestros hijos están acostados, cuando no oyen nuestras discusiones, cuando podemos tratar a nuestra mujer como un ser humano sabiendo que nos escucha y ella puede comunicar sus necesidades sin verse amenazada o con menosprecio:  

¡Ya cállate! ¡Eres la misma! ¡Ya me tienes harto! ¡Lárgate, este matrimonio no funciona para nada, es una porquería! ¡Para qué me casé contigo, eres un fracaso de mujer, lo único que haces es traer tu cara amargada todo el día, triste, no sabes recibirme cuando llego a la casa con unas copas ni vestirte con la falda corta, a mí me gusta que parezcas una prostituta!”¡Ah caray!

Digo sin faltarle el respeto a las prostitutas ni menospreciarlas, pero estas son conversaciones normales cuando llegan los hombres a la casa. No te estoy hablando de un marciano o una persona que salió de una cueva, te estoy hablando de hombres que usan este tipo de violencia que sobajan a sus mujeres, que en público les faltan el respeto, que en la familia cuando se reúnen las menosprecian les faltan el respeto, las humillan delante de los familiares delante de los suegros.
Pero no se asuste, también hay hombres que sufren violencia intrafamiliar de parte de las mujeres agresivas que golpean, que balacean, que dan de machetazos y que cuando están dormidos les clavan un puñal, ¡caray!

Los hijos de padres violentos
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©