Los daņos de la violencia intrafamiliar
 

Consecuencias violentas del silencio en la familia
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hoy en día muchos jóvenes se vuelven al alcohol se vuelven a las drogas porque quieren olvidarse de esos momentos que vivieron en la familia. Muchas mujeres se van hacia el adulterio, no en sí porque tengan necesidades sexuales, sino porque no tienen afecto en el hogar de parte de su esposo y van en busca de afecto y aquel hombre que las escucha.

Fíjese nomás que el galán que más adulterio comete hoy en día ese hombre “Juan Camaney” como les decimos en México es el personaje que sabe escuchar a las mujeres amargadas.  Discúlpenme las que me escuchan el día de hoy, pero amargadas quiero decir que sufren el desencanto y el desprecio de sus esposos, que sus esposos ya se cansaron de ellas, que sus esposos ya no las aman, todo les reclaman, todo les condenan, todo les critican y además no les dan afecto ni las escuchan y esa mujer se convierte en víctima del lobo rapaz.

Así es, “porque me escucha mi compañero de trabajo, o hasta nos fuimos a tomar un cafecito, qué buen carácter tiene, ya encontré alguien en la vida que me escucha”, pero dentro del corazón de ese joven en el trabajo o de ese hombre solo quiere acostarse con la mujer, es todo.

Hasta dónde llega la falta de comunicación a afectar y a convertirse en una forma de violencia familiar. El silencio, ¡cuánto daño hace!, el hombre que no habla, la mujer que no expresa, el hijo que calla. El silencio se convierte en un arma poderosísima para destruir internamente la paz de los seres humanos, cuando no recibimos ningún acto de gracia, de acción de gracias por algo que hicimos, gratitud, cuando no somos placenteros a nuestros seres queridos, cuando se nos critica aquello que hicimos en vez de alabarnos y de echarnos para adelante y de atraernos a ellos ¿verdad?

Muchos jóvenes dicen es que mi papá nunca busca atraerme a él, siempre busca defectos en mí y es todo. Cuando llega el cansancio, entonces esa falta de paciencia, esa falta de control sobre uno mismo que hace que explotemos, cuando la tensión se acumula es otra fase de la violencia familiar y aquí sí cuidado puede haber golpizas fuertes y hasta crímenes violentos contra la mujer y los hijos, suicidios por parte del padre también.

Los padres agresores suelen venir de hogares violentos, suelen padecer a veces trastornos psicológicos y muchos de ellos utilizan el alcohol y las drogas lo que hace que se haga más potente su agresividad. Tienen un perfil determinado de inmadurez, dependen afectivamente de otros, se sienten inseguros, son emocionalmente inestables, impacientes o impulsivos.

Los agresores trasladan habitualmente la agresión que han acumulado en otros ámbitos, en su familia, por ejemplo, hacia donde trasladan esa agresión pues hacia sus mujeres. El maltratador frecuentemente es una persona aislada no tiene amigos cercanos, es celoso, tiene baja autoestima que le ocasiona frustración y debido a eso se genera en actitudes de violencia.

Conociendo al agresor
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