La familia y la salud mental
 

Estrés postraumático, la cara oculta de la familia de hoy
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

El estrés postraumático es la cara oculta de muchas familias en la actualidad. Vamos a ver cómo nuestra sociedad moderna ha desarrollado el trastorno de estrés postraumático. La tasa es increíblemente alta, las consecuencias no solamente son dañinas a la sociedad sino al individuo, a la familia y al mismo círculo social donde se encuentra el ser humano.

Estamos estudiando la familia y la salud mental y ahora vamos a ver una cara oculta, un  rostro oculto en la familia de hoy en día. Está documentado que las familias, en los países de América Latina están sufriendo unas crisis de enfermedades emocionales, especialmente el estrés postraumático.

En esta parte de nuestro programa nos concentraremos en ver  cómo los investigadores estudian esta otra secuela en la batalla de la familia: el estrés postraumático.

Antes que nada, es importante volver a enfatizar que las reacciones emocionales como el miedo, el estrés, el llanto, la risa y demás, son normales y nos ayudan enfrentarnos a determinadas situaciones favoreciendo la adaptación, el entorno y la salud. Sin embargo, en ocasiones el proceso de las emociones se ve alterado por distintas circunstancias como precisamente el estrés postraumático.

¿Cuál es el objetivo de hablar sobre el estrés postraumático en este programa? Es precisamente ofrecer ayuda, consejo y esperanza en esas situaciones difíciles que nos rodean y que ya todos sabemos cuáles son, las leemos en las noticias todos los días, las escuchamos, las vemos, pareciera que es el tema de cada reunión familiar y con los amigos.

Las situaciones ya les hemos vivido muchos de nosotros en carne propia, no necesitamos más explicaciones sobre la situación, necesitamos encontrar la salida a  esta situación de una forma personal. Yo espero que en este programa, juntos podamos confirmar que la solución del estrés postraumático en nuestras familias sí es posible, y con todo esto quiero decir que solo los que han vivido una experiencia postraumática saben que es difícil superarla, y que las consecuencias del trauma son duras en los individuos, en las familias de hoy, sólo quien lo ha vivido lo sabe.

Martha, recuerda el accidente automovilístico de su esposo Adrián. Adrián tenía 33 años, era profesor de preparatoria. Su cuerpo fue encontrado muerto en una de las principales carreteras en nuestro país de México. Desde entonces, Martha se encuentra triste, indignada, no encuentra explicación a tal tragedia, ¿por qué se ha ido su esposo? ¿por qué de manera tan inesperada? Cuestiona ella, cuando se refiere a él.

Martha contesta en forma agitada y llora y dice: Adrián era simpático, paciente, respetuoso, noble, delicado… según lo describe. Ahora Martha vive con trastorno de estrés postraumático según expertos que conocen su caso.

Como en el caso de Martha, ser testigo directo o indirecto de hechos violentos genera angustia, histeria, trastorno de estrés postraumático y también una sicosis social y esto lo explica José Guillermo González Méndez, Jefe de Enseñanza en el Instituto Jalisciense de Salud mental (SALME).

Este investigador detalla que el trastorno de estrés postraumático también depende de las características de la personalidad y dice lo siguiente: “una persona que vive situaciones adversas moderadas desde niño, desarrolla su salud mental, sin embargo, quienes estén expuestos en demasía a padecer violencia o quienes han sido sobreprotegidos enfrentarán con mayor dificultad, las situaciones difíciles o estresantes.

Una de las características de este padecimiento es recordar el hecho persistentemente, o sea, la persona que sufre un trauma lo está recordando persistentemente; esto es clave, ya sea por medio de recuerdos involuntarios o repentinos, pesadillas. Y en cuanto a las consecuencias puede reducir la capacidad de una persona de vincularse con otras personas y ocasionar también problemas para dormir o irritabilidad.”

Cuántos hemos sufrido accidentes de automóvil fuertes donde a veces después del accidente no podemos cerrar los ojos, no podemos dormir porque estamos recordándolo, recordándolo y nos despierta una pesadilla. A veces este trauma dura un mes, dos meses y se acabó. Pero a veces este trauma persiste y persiste por años.

En otras palabras, estas respuestas se consideran patológicas, cuando persisten y se prolongan un mes después del proceso traumático debido a que producen malestar cotidiano, esto lo indica un Estudio sobre la prevalencia de sucesos violentos del Trastorno del estrés postraumático de la población mexicana publicado por el Diario El Universal de México.

¿Qué preocupa a nuestras familias?
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