La formación del carácter de los niños III Parte: La Responsabilidad
 

¿Qué es la Responsabilidad?
 

Por: Profr. Roberto Durán

Hoy continuaremos con la tercera parte de esta serie sobre cómo formar el carácter de los niños, y específicamente nos enfocaremos a la formación del carácter responsable. Quiero comenzar definiendo lo que es la “responsabilidad”. En un diccionario común, encontraremos esto:

Responsabilidad: es la capacidad u obligación de responder de los actos propios y en algunos casos de los ajenos. Responsabilidad civil es la obligación de reparar o indemnizar la consecuencia de actos perjudiciales para terceros. La responsabilidad penal, es el principio por el cual se impone la pena a quien ha cometido algún delito.

La palabra responsabilidad tiene que ver también con la capacidad de decisión. ¿Qué tan importante es tomar decisiones? Es sumamente importante, es como manejar dinamita, tener la capacidad de hacer bien o hacer mal y de trascender en nuestra propia vida y en la de otros seres humanos.

En una reunión con jóvenes hicimos una pregunta: ¿la buena suerte determina el futuro de la gente? Por ejemplo: sacarse la lotería puede cambiar la vida de un ser humano.

Comentamos circunstancias como la que ocurrió con Julio César Chávez, el boxeador mexicano, quien antes de ser boxeador quería ser futbolista, pero “por cuestión de suerte” fue a un gimnasio y al estar practicando el box, que no le gustaba, alguien le dijo: “usted tiene madera para triunfar en este deporte”.

O bien, el hombre pobre que se casa con una mujer rica y su vida cambia de una forma radical. O el inmigrante que sale de su país para tener éxito económico en otro.

Todos los jóvenes empezaron a dar sus opiniones. Algunos decían que la suerte sí existía, puesto que había muchas personas que de una forma extraordinaria su vida cambiaba sin haber buscado previamente el éxito económico o personal. Otros opinaban que definitivamente la suerte no existía, sino que cada quién decidía su propio futuro.
Pero en esta grande discusión pudimos llegar a una conclusión: la buena suerte no existe, sino que somos el producto de nuestras decisiones buenas y malas. Cada decisión va forjando nuestras vidas.

Le invito a reflexionar por un momento. Usted tiene un trabajo. La decisión de tener un trabajo es importante y va a determinar muchas circunstancias de su vida. El simple acto de decidir a qué nos vamos a dedicar va a cambiar y a afectar nuestra vida al cien por ciento.

Pensemos también en la decisión del matrimonio, cómo cambiaría su vida en relación con la mujer que escogiera como esposa: joven, divorciada, viuda, madre soltera, pobre, rica, intelectual, sin estudios, agresiva, enferma, etc. O ¿cómo sería su vida si tuviera 10 hijos, o simplemente decidiera no tener ninguno? Esto afectaría todos los momentos que va a vivir posteriormente.

Cada decisión que usted tome en la vida lo estará influyendo para bien o para mal; es así que todos somos responsables de lo que será nuestra vida y nuestro futuro.

Quizás ahora usted piense igual que aquellos jóvenes: la buena suerte no existe; somos el producto de nuestras decisiones.

La importancia de tomar buenas decisiones
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