¡Instruye a tus Hijos!
 

Distingamos entre hijos rebeldes e hiperactivos
 

Por: Dr. Octavio Maldonado

No pensemos que lo hijos “así salen”, “así nacen” o “así son”, cada uno de nosotros tenemos una gran responsabilidad, en conocerlo, en conocer sus tendencias, en ver todo aquello que le afecta y en tratar de moldearlos a tiempo, en los primeros años de vida para que no se vayan formando hábitos que después no se puedan corregir.

De aquí surge otro problema: a veces la depresión en los niños no sólo se manifiesta como un problema de tristeza, de melancolía o bien de disminución en las actividades, sino que en los niños, el abandono y la depresión también se puede manifestar como hiperactividad.

Es muy común escuchar: “Mi hijo es muy inquieto”, “mi hijo es muy rebelde, nunca obedece”; la gente luego abusa del término “hiperactivo” pensando que es lo mismo.

Preguntémonos cuántos de estos niños no están realmente deprimidos o cuántos de estos niños no tienen una falta de instrucción. A veces no es que el niño sea hiperactivo sino que los padres son “hipo-activos”, es decir, no actúan de la manera adecuada.

Los padres tienen un papel fundamental no solamente en las actividades de los hijos sino en la formación de su manera de pensar y en su manera de abordar los problemas.

¿Qué más puede causar que un niño sea inquieto? La televisión es un factor determinante. Muchas veces la televisión es utilizada para distraer al niño, pero no es más que otra forma de abandono.

El niño evade su realidad en las fantasías que normalmente se manejan en la televisión: su mente se vuelve ligera, sus tareas se vuelven desordenadas, y se encuentra bajo una sobre-estimulación, y como puede estar dos o tres horas prácticamente sin actividad y sobre-estimulado, cuando quiere salir a jugar o cuando tiene otras responsabilidades, es difícil que se pueda llegar a una concentración ya que el niño está sobre-estimulado y quiere desarrollar toda esa energía que tiene acumulada.

Es responsabilidad de los padres tratar con estos niños inquietos que muchas veces lo único que están manifestando son síntomas de depresión o síntomas de abandono o la falta de instrucción, o el exceso de televisión que han estado viendo.

El abandono en la televisión requiere por sí solo de un estudio completo, pero en esta ocasión me voy a concretar a dos puntos esenciales:

Los niños violentos. Quizás usted escuchó la historia de dos niños en Inglaterra que asesinaron brutalmente a otro niño. Estamos hablando de niños de alrededor de 10 años de edad que tomaron de la mano a un niño de 5 años que había ido a un centro comercial con su mamá.

Estos dos niños vieron la forma de distraer a la mamá y tomar al niño (así está grabado en la cámaras de video del local comercial) y salen ellos tomados de la mano del niño pequeño de 5 años quien después fue brutalmente asesinado y encontrado en un terreno, habiendo sido previamente torturado en las vías del tren y golpeado con tubos de metal. Lo colocaron sobre las vías férreas para que al pasar el tren lo despedazara.

Esta historia es muy particular y no quisiéramos abordarla de una manera simple.

Lo que se encontró en las investigaciones, en conclusión, fue que uno de los niños que había actuado en contra de este pequeño, había estado viendo la noche anterior el asesinato escenificado en una película conocida como “Chucky, el muñeco asesino”.

El final de esta película tenía que ver con un asesinato precisamente en las vías del tren, de tal forma que el niño imitó lo que había en la televisión y lo llevó a cabo en la vida real, quitándole la vida al niño.

Yo le pregunto: ¿Con quién cree usted que estaba el niño viendo la película de “Chucky, el muñeco asesino”? Sí, con su papá. Un niño de 10 años de edad viendo una película violenta y al día siguiente llevando a cabo un asesinato monstruoso sobre otro pequeño de 5 años de edad.

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