Más que un día malo I Parte: Cuando la tristeza se convierte en nuestra peor compañera
 

¿Qué es la tristeza?
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Más que un día malo quiere decir: cuando vivimos situaciones que afectan nuestras emociones y de alguna manera las trastornan, ocasionando que por más de un día, un mes, un año y a veces muchos años, vivamos con ellas.

El dolor de la pérdida de un ser querido, la experiencia de un divorcio o de un adulterio de parte de uno de los cónyuges, la infelicidad de saber que nuestros hijos están envueltos en algún tipo de droga, malas compañías o bebiendo en exceso y ocasionando de esta manera un peligro para sus vidas; todo ello nos puede ocasionar una profunda y permanente tristeza, que puede convertirse precisamente en algo más que un día malo.

Hoy trataremos el tema de la depresión ya que guarda estrecha relación con los estados de ánimo negativos o con el desánimo. Veremos cómo la depresión, ese estado de ánimo negativo, puede ser ocasionado por algo más que un día malo: una situación que no tiene que ver con pasar un mal momento, sino con atravesar una difícil prueba durante un largo tiempo.

A veces podemos pasar un mal día, donde hay quizás alguna situación en el trabajo o en la familia; o tal vez una situación en nuestra vida matrimonial, alguna situación también con alguno de nuestros hijos, o una enfermedad, un accidente, que en un par de días se resuelve y todo se arregla.

Más que un día malo se refiere a una condición donde vivimos prolongadamente en un estado de ánimo negativo.

Quiero citar algunas frases que hablan acerca de la tristeza para poder introducirnos al tema: “Tristeza, corres por mis venas haciéndome sentir que la vida no vale y que tú la vencerás”.

Esta frase viene de una persona que sufre profundamente, y llama a su sufrimiento “tristeza”. ¡Cuántas personas hoy sienten lo mismo: que la vida no vale!

Hace unos días escuché a una persona hablar y me llamó muchísimo la atención: era una joven de 21 años de edad y estaba en una cita de consejería con un servidor, sus palabras eran: “siento que mi vida no vale nada, que no sirvo para nada… no le encuentro motivo a mi vida”.

Sin embargo, es notable ver que esta joven, una estudiante de carrera universitaria, a un año de graduarse en su profesión, con brillantes calificaciones, con un comportamiento estable en su casa, tenía un concepto muy malo de su propia vida, y no porque ella fuera una criminal o una persona que ocasionara problemas diarios a los demás, simple y sencillamente estaba invadida por una tristeza que le hacía sentir: “mi vida no vale nada”.

Otros no solamente dicen: “mi vida no vale nada, no sirvo para nada, soy un inútil”, o “no sé hacer las cosas, los problemas me abruman, no sé cómo enfrentarlos”; sino que añaden el final de esta frase que acabo de señalar: “que tú (la tristeza) la vencerás (a la vida). Esto significa que la tristeza va a vencer nuestras vidas, si no sabemos luchar contra ella.

La tristeza es un sentimiento o una emoción natural como el reírnos, el alegrarnos, el llorar, etc. pero cuando se hace prolongada, cuando es continua, cuando agobia nuestras mentes y produce aun cambios en nuestro estado de ánimo, entonces se convierte en un problema serio.

Las lágrimas de la impotencia
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