La Autoestima de los Niņos
 

Formemos una actitud positiva en los niņos
 

Por: Profr. Roberto Durán

Maya Angelou, dice: “Si no le gusta algo, cambie. Si no puede cambiarlo, cambie su actitud, no se queje”.

Si podemos cambiar las circunstancias lo haremos, si podemos enfrentar las situaciones difíciles las enfrentamos. Pero si hay algo que escapa de nuestras posibilidades y no podemos cambiarlo, cambiemos nuestra actitud y demos buena cara. Es el mejor legado y enseñanza para nuestros pequeños.

Debemos continuamente instruir a nuestros hijos que las situaciones difíciles son buenas y que de ahí vamos a sacar muchas enseñanzas. Debemos de formar en ellos una actitud positiva.

Por ejemplo, si en el partido de fútbol perdió nuestro hijo o cometió un error que todo mundo abucheó, ahí es el momento para decirle: “Hijo, tú vas a aprender muchas cosas de esta circunstancia, vas a aprender de este error, pero ¿sabes para qué? Para hacer las cosas mejor el día de mañana. No te venzas”. Esta es la mentalidad y la actitud que debemos de estar formando.

Debemos de enseñarles que cada obstáculo es una oportunidad para superarse. Jamás enseñe a su hijo a tener una mentalidad de derrota. Porque cuando usted forma un carácter negativo de “ya no puedo, eso es imposible”, es cuando la persona comienza a desalentarse y descuidarse, y comienza a ser un caos su vida.

La mentalidad tiene que ser de victoria siempre, aún en las condiciones más extremas. Usted puede recordar a través de la historia cómo los judíos tuvieron una mentalidad de victoria en la segunda guerra mundial, cuando fueron encerrados en los guetos. Esos guetos eran las colonias donde vivían y eran cárceles propiamente.
 
Cualquiera de nosotros pensaría para qué estudio, para qué sigo esforzándome en la vida si estoy en una cárcel y los alemanes me van a matar. Pero lo que impresionaba de los judíos era su actitud a seguir trabajando, estudiando, a seguir en la vida cotidiana, a seguir superándose. Esa es una mentalidad de victoria, en medio de una circunstancia difícil.

Quiero comentarle una anécdota. En una ocasión un hombre tenía un perro viejo. Este perro viejo cayó en un pozo y comenzó a aullar, el hombre alcanzó a oír los aullidos de desesperación del animal.

El perro, en la peor de las circunstancias había caído en lo más profundo de ese pozo que no tenía agua y comenzó a temblar, preparándose para morir. Entonces llegó este hombre y comenzó a mirar el hoyo donde estaba el perro y dijo:

“¿Qué haré? Si saco a mi perro tendré que poner una escalera o descolgarme en una soga y eso implica mucho trabajo. No lo voy a hacer. El perro es viejo y finalmente va a morir y el pozo ya no tiene agua”.

Entonces decidió tapar el pozo para que así se muriera el perro y se acabara el problema. Luego trajo una pala y comenzó a echar tierra en el pozo. El perro tenía dos opciones, dejarse sepultar y morir, o luchar de alguna manera para salir de ahí. Este perrito buscó salir del hoyo.

Cada vez que le caía una pala de tierra en el lomo comenzaba a sacudirse y la tierra caía en el piso. Entonces la apretaba con sus patas y la pisaba. Y volvía otro palazo y volvía a sacudirse de la tierra y a pisarla. De tal manera que el perro siempre estaba encima de la tierra y así logró salir del pozo.

De esta anécdota podemos tomar la actitud que debemos tomar en la vida y así transmitirla a nuestros niños. Si vienen circunstancias como los palazos debemos sacudirnos en una actitud de lucha. Eso no nos puede derrotar.

Cuando una persona se deja  derrotar entonces todas las cosas le aplastan y le destruyen. ¿Quién es una persona que tiene derrota y que fracasa en la vida? 

No es aquél que tiene una circunstancia difícil o que ha atravesado momentos de fracaso en el trabajo o en algún proyecto que tenía para su vida, sino aquel que ya se dejó vencer, que ya no quiere luchar, que se ha enclaustrado en su cuarto y ya no quiere salir de ahí. Esa es una persona que ya está vencida.

Todos en algún momento podemos fracasar en algo o tener diferentes situaciones difíciles, pero eso no es fracasar. Porque cuando tú sigues en una actitud de lucha y de vencer entonces no has fracasado, no estás derrotado, más bien eres alguien que está aprendiendo de los fracasos para hacer las cosas bien y seguir adelante en la vida.

Los buenos ejemplos inspiran
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