La Violencia y la Televisión III Parte: Cómo evitar que nuestros hijos sean afectados por la violencia visual
 

10 Recomendaciones para evitar que sus hijos sean afectados por la violencia de la televisión
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

A continuación daremos una serie de recomendaciones para poder regular o modular la influencia de la violencia en la televisión, en sus hijos.

No podemos meter a nuestros hijos en una caja de cristal, ni tampoco es correcto. Pero qué importante es saber modular la información que llega a nuestros hijos, para que ellos puedan tener un criterio correcto de lo que es la realidad y separarlo de lo que es la fantasía.

De hecho estas recomendaciones son dadas por la Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes.

PRIMERA: Vea usted los programas de televisión que ven sus hijos, junto a ellos, y preste atención a lo que sus niños observan.

En otras palabras, supervisa. Valora la calidad de los programas que tu hijo está viendo.

Obviamente, el estar viendo los programas con tus hijos, te va a permitir saber la temática de cada uno de ellos, y a la vez, seleccionar programas de acuerdo al desarrollo del niño.

SEGUNDA: Establezca la cantidad de tiempo que sus hijos pueden estar mirando televisión.

Consideremos aquí aun la idea de quitar el televisor del cuarto del niño. Es muy recomendable que el cuarto del niño no tenga televisor.

Obviamente, como en su cuarto es donde puede buscar los momentos de privacidad y puede pasar largo tiempo solo, si tiene un televisor va a estar con mucha influencia, va a querer tener el televisor prendido, tanto a la hora del estudio como a la hora del juego.

No son pocos los testimonios que hay de niños que siempre tienen prendido el televisor y como está en su recámara está a gusto, no tiene ninguna restricción, hay todo tipo de libertad, y ver incluso cualquier programa que él quiera. Se puede encerrar a ver la televisión.
 
Esto no se recomienda en lo absoluto, ya que si el niño está estudiando y tiene el televisor prendido, pues la calidad del estudio que está teniendo no va a ser el adecuado. Va a estar atendiendo a lo que dice el televisor y eso le va a estar restando a la hora de estudiar.

Se recomienda mucho que cuando el niño vaya a ver la televisión a la sala o en un lugar donde haya más personas, puedan éstas estar vigilando lo que el niño está viendo, para supervisarlo o bien, cortarle el tiempo si es hora de hacer otras actividades.

TERCERA: Apague la televisión durante las horas de comida de la familia, y el tiempo de estudio del niño.

Las horas de comida son tiempos excelentes para la convivencia familiar. Es un tiempo excelente para platicar lo que ha ocurrido durante el día, las necesidades, los problemas, qué situaciones necesitan, etc.

Este es uno de los grandes problemas que existen entre las familias: hay mucha desunión porque no hay un vínculo de convivencia, y obviamente los vínculos más estrechos y la oportunidad excelente que había para la convivencia, era precisamente a la hora de comer.

Pero eso se ha venido perdiendo, precisamente por las prisas, por el afán. Y muchas veces cuando se tiene la oportunidad, se tiene el televisor prendido en la mesa y todo mundo está oyendo lo que dice la televisión, y no platican de ellos. Habrá una interacción, pero no habrá convivencia, no hay plática.

CUARTA: No permita a los niños ver la televisión por horas de corrido.

Ayúdeles a seleccionar programas individuales. Usted va a tener que aprender a establecer criterios en su hijo para que él aprenda a seleccionar aún sus propios programas.

QUINTA: Seleccione los programas que han de ver sus hijos.

Los programas, las novelas, las comedias y los programas de conversación de adultos, no son apropiados para los niños.

Qué importante es que usted aprenda a poner un límite y a hacerle entender a su hijo que no son adecuados, que contienen información que tal vez él no está preparado para manejar, negándose a dejar que los niños vean programas que contienen violencia y  cambiando el canal o apagando la televisión cuando se presenta algo ofensivo, explicándoles qué es lo que hay de malo en el programa.

Qué importante es que, como padre de familia, aprendamos a sentarnos con nuestros hijos y les expliquemos el porqué y las causas. Nuestros hijos van creciendo, necesitan razones, argumentos, no necesitan simplemente una imposición o una tiranía en casa.

Deben ver a un padre amoroso que se preocupa por ellos y que cuando les explica porqué no deben de hacer tal o cual cosa, es porque los ama y porque en verdad se preocupa porque ellos tengan una formación adecuada.

SEXTA: Estimule discusiones con sus hijos sobre lo que ven.

Cuánto beneficio trae que un padre de familia, al estar viendo un programa con sus hijos, pueda estar explicando, discutiendo, compartiendo la temática del programa.

Es decir, señalando aquello que se puede considerar como no correcto, o que no es conveniente para la educación y que ellos mismos externen sus opiniones, que hagan sus preguntas. Usted va a poder comprender cómo está pensando su hijo, qué siente. Eso le va a permitir saber cómo encausarlo.

Señáleles el comportamiento positivo, como la cooperación, la amistad y el interés unos por otros; esas acciones, si es que las hay, es importante enfatizarlas. Hacerles ver y entender que eso sí es lo correcto.

Nuestros hijos deben de aprender a formar valores, diferenciar entre lo bueno y lo malo, para que ellos aprendan a tener un criterio que les permita tomar decisiones sabias que los pueden cuidar y guardar el resto de sus vidas.

Háblele de sus valores personales y familiares y cómo se relacionan con lo que ven. Que usted pueda dar su testimonio como papá, delante de sus hijos, no solamente hablarles. Hacerle entender que usted no está de acuerdo con cierta forma de pensar porque usted tiene una formación, un criterio y unos valores morales.

Qué importante es que vean en usted a un padre apacible, tranquilo, que resuelve sus problemas con negociación, con plática y no un padre violento que impone.

A la hora de ver el programa ellos compararán su forma de ser contra lo que ven en la televisión. Usted podrá hacer una comparación entre lo que es la vida que usted está testificando y la vida que está saliendo en la televisión.

Pídales a los niños que comparen lo que están viendo, con eventos reales, para que ellos aprendan a discernir entre lo que es una fantasía y lo que es la realidad. Señáleles que aunque el actor no se ha hecho daño, ni se ha muerto, tal violencia en la vida real resulta en dolor y muerte.

Cuántas veces sale en las películas que el actor pasa por innumerables problemas, situaciones peligrosas, atentados y el actor sale ileso o con pequeñas lesiones. Eso en la vida real no se da.

Déjele saber las verdaderas consecuencias de la violencia. Que el niño entienda que hay consecuencias por actuar con violencia. Como dicen en nuestro país mexicano “el que la hace la paga”. Lo que siembras, cosechas.

No dé su aprobación a los episodios violentos frente a sus hijos. Enfatice la creencia de que tal comportamiento no es la mejor manera de resolver un problema. Enseñe a sus hijos a recurrir a los medios legales, para que aprendan a hacer justicia y resolver sus problemas. Enfatice siempre que la venganza nunca es correcta, que ojo por ojo, diente por diente, no trae más que venganzas, rencores y eternos pleitos entre las personas.
 
Muchas veces hemos oído de familias que por años han estado matándose unos a otros, porque su medio de resolver los problemas es mediante la violencia.

Eso genera mucho dolor y arrastra una vida infeliz porque nunca hay paz, se vive a la zozobra porque el día de mañana alguien los puede matar, un familiar de los enemigos, tomando venganza de lo que le hicieron al abuelo, al nieto, al sobrino, etc.

SÉPTIMA: Contrarreste la presión que ejercen los amigos y compañeros de clase, comunicándose con otros padres y poniéndose de acuerdo para establecer reglas similares sobre la cantidad de tiempo y el tipo de programas que los niños pueden mirar.

Vivimos en una sociedad en la que hay una presión constante sobre nuestros hijos, una presión que los lleva a tratar de actuar como actúa toda la sociedad.

Mirar la televisión es una de las actividades más importantes de los niños. Hay una forma de pensar que lleva a la generación actual a estar mucho tiempo frente al televisor.

Cuando un padre de familia quiere regular la situación del televisor en casa, se va a enfrentar con que su hijo va a enfrentar una presión externa de parte de los demás compañeros.

El hijo recibe la presión de los demás: “¿por qué no ves este programa? ¡Está muy bueno!”, “¡hubieras visto como explotó el carro y voló en pedazos!” Entonces el niño se ve en medio de una presión, porque él no ve.

Usted como padre, puede comunicarse con los demás padres de los amigos de su hijo y comentarles lo que usted está tratando de hacer, exponiendo este tipo de información para que advierta a otros de las consecuencias de la violencia en la televisión.

Así pueden hacer un frente común, con el único propósito de velar por la integridad de sus hijos, de velar por un futuro mejor para ellos. Ese es el propósito.  Contrarreste esa presión.

Si nosotros, como adultos, a veces no soportamos la presión, cuanto más los niños que no saben sobrellevar su vida, conducirse, ni resolver sus problemas.

OCTAVA: Discuta con ellos el papel de la publicidad y su influencia.

También se recomienda que lo hable con sus hijos. En la televisión se habla constantemente de “vender y vender” y eso crea en los hijos el pensamiento de que, para ser felices, hay que “comprar y comprar”.

NOVENA: Estimule a su niño para que se envuelva en otros pasatiempos.

Pueden ser deportes, juegos con amigos de su edad, actividad física. Que haya convivencia con más personas. Ahí sí se le formará un carácter y una mejor percepción de la vida. Que pueda interactuar en una vida social.

Los niños, al estar viendo por horas la televisión, no tienen interacción social con otras personas.

DÉCIMA: Enseñe a su hijo a usar la televisión de manera saludable y positiva.

Con orientación apropiada, su hijo puede aprender a usar en su beneficio a la televisión. Básicamente este último punto encierra todas las demás. Usted necesita tener el tiempo para sentarse con su hijo y darle una orientación adecuada sobre la información que está saliendo en la televisión, y no en base a una imposición.

Habrá situaciones en las que no va a haber de otra, usted va a dar una orden y el niño tendrá que acatarse, pero qué importante es que mientras usted más se acerque a su hijo y aprenda a dar instrucciones basado en razones, argumentos, los niños van a entender que usted está velando por ellos, que usted los ama.

Este tipo de relación lo va a llevar a relacionarse más con su hijo para otros aspectos de la vida.

“Más que un televisor, quiero a papá conmigo”
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