Por: Ing. Gilberto Sánchez

En la primera parte de este tema expusimos estudios e investigaciones que se realizaron en los Estados Unidos de Norteamérica.

En esta ocasión quiero enfocar nuestra atención en los resultados que se han obtenido en los países latinoamericanos, cuya base es común pues transmiten una programación similar de habla hispana.

Tomaré como base un estudio elaborado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Monterrey, a quienes agradecemos mucho por proporcionarnos esta información.

Esta investigación se realizó en 1997, en la República Mexicana, observando la violencia contenida en una muestra de 30 programas de señal abierta, trasmitidos por canales nacionales con mayor audiencia.

Se decidió hacer con la televisión abierta, porque solamente el 13.7% de la población contaba con servicio de televisión por cable, una gran minoría.

Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

La violencia está presente en la gran mayoría de los programas más vistos de la televisión mexicana, en el 83% de ellos.

• En los 30 programas, se encontraron un total de 130 secuencias violentas. Solamente 5 programas no tuvieron ningún tipo de violencia.

Es una estadística interesante el ver que solamente 5 programas no tuvieron ningún tipo de violencia. Es interesante porque en los estudios de Estados Unidos no se menciona que en algún programa no hubiese habido ningún tipo de violencia.

Eso habla de que en nuestra cultura mexicana, que es tal vez todavía un poco conservadora se guardan ciertas tradiciones; pero es indudable que la influencia americana ha ido ganando terreno paulatinamente en nuestra sociedad.

Uno de los datos más sorprendentes que arrojó el estudio fue este:

• Los dibujos animados presentaron la mayor cantidad de violencia visual y narrada, seguidos muy de cerca por las películas.

Este dato realmente es muy preocupante porque el género de los dibujos animados, está principalmente orientado a los niños.

Lo grave de esto es que, como estudiamos en la edición anterior, los niños son muy influenciables, todavía no tienen una concepción de la realidad totalmente formada, están muy expuestos a ser influenciados de lo que se trasmite en la televisión.

De tal manera que no saben distinguir entre la realidad y lo que es la ficción, lo cual puede afectar más sus pequeñas mentes, consciencias y emociones.

Por lo que respecta a las telenovelas se encontró:

• Las telenovelas y las películas fueron los géneros con mayor número de secuencias violentas por agresión verbal.

• En todas las telenovelas hubo escenas violentas.

• En lo que respecta a la naturaleza de la violencia, el 45% de las secuencias violentas se muestra como intimidación, golpes en el 24% y disparos en el 15%.

Es impresionante leer este dato, ya que las telenovelas son uno de los programas más vistos en los países latinos.

También se analizó la amplitud del daño ocasionado por las secuencias violentas:

• En el 43% de los actos violentos tuvieron que ver con amenazas de alto grado de credibilidad. De ahí le siguieron los daños físicos menores, con el 12% y el siguiente caso fue el de la muerte con un 11%.

• De cada 10 escenas violentas, 1 de ellas termina con la muerte de uno de los involucrados.

• Por lo que respecta al arma utilizada, en la mayoría de los casos el cuerpo humano fue utilizado como arma principal y las pistolas son utilizadas en el 27% de las escenas violentas.

Una forma de desensibilizar a las personas es acostumbrarlas a que siempre vean pistolas en medio de las casas, en la familia, en la sociedad, en el barrio, en la colonia. Es un mensaje muy sutil de que tener armas es normal y común.

Un asunto preocupante es la mezcla del humor con la violencia:

• En el 35% de las secuencias violentas, se utilizó el humor como parte de la violencia, particularmente en los dibujos animados.

Una teoría señala al respecto:

“De acuerdo a una teoría, el uso del humor en conjunción con la violencia aumenta la probabilidad de que las conductas violentas sean aprendidas, especialmente por los niños, y de que ocurra el efecto del miedo al trivializarse la violencia”.

Nuevamente vemos que se usa el humor con la violencia como un medio para potencializar el efecto de la violencia.

Eso hace que por un lado se minimice la violencia, se vea como un juego, cosa de risa, y que muchos niños puedan jugar imitando esas conductas, incluso hay algunos psiquiatras que han hablado acerca de que niños que piensan así:

“Me voy a quitar la vida, para darle un escarmiento a mis padres”.

No entienden las consecuencias de quitarse la vida, porque se pierde el concepto de la realidad. Esa violencia aunada al humor, aumenta la probabilidad de que esas conductas violentas sean aprendidas.
 
Más estadísticas:

• Los actos violentos fueron castigados solamente en el 30%. De ese 30%, la mitad utilizó una acción legal o judicial para sancionar la violencia, y en el 28% de las ocasiones un acto violento fue castigado con otro acto violento.

Se analizó también la manera en que fue premiada la violencia, hecho que apareció en 18 secuencias:

• En el 13% de los casos, la violencia fue premiada.

La persona que hace el hecho violento se autorreconoce por haberlo hecho, se felicita por haber cobrado la venganza o por haber hecho el mal que buscaba hacerle a la otra persona.

Un dato que es más interesante:

• El día con mayor número de secuencias violentas fue el domingo.

¡Precisamente cuando se supone que está toda la familia reunida! Es cuando más hechos violentos se transmiten.