Abuso Sexual Infantil III Parte: Perdonar, un bálsamo para la víctima
 

¿Qué es perdonar?
 

Por: Dr. Sergio Canavati Ayub

El perdón, es reconciliarte con el pasado y seguir adelante, si no lo haces vendrá la amargura, el perdonar beneficia al cuerpo y al alma.

El revivir las afrentas del pasado perjudica la salud y vienen enfermedades del corazón, alta presión, depresión, trastornos mentales, etc. El sólo recordar un incidente que nos lastimó presiona al corazón, trae una carga sobre el corazón, te oprime, te estresa, las manos te sudan, te aumenta el pulso, empiezas a sentirte mal, no quieres enfrentar el pasado. Es porque aún estás ligado al pasado. Y el perdón es un medio estupendo para hacerte libre de ese pasado sin tenerlo presente y que no te esté afectando continuamente.

Lamentablemente para causar una gran herida se necesitan unos segundos, pero para curarla a veces se necesitan muchos años. En unos segundos pueden destruirte tu infancia, tu felicidad, cortarte un pedazo de la vida. Así como en un segundo pueden destruirte la vida, así, en un segundo puedes ser sanado instantáneamente.

Cuando tú estás dispuesta a hacer un lado la cólera y todo lo que acompaña al rencor, podrás ver a tu ofensor como una persona que en ese momento perdió los estribos que cometió un pecado, tal como lo narran las Escrituras y está condenado por la ley de Dios y aún por la ley terrenal si es atrapado por la justicia, podrás ver a tu agresor con ojos de compasión y sabes que esa persona lo hizo en un momento que no sabía lo que iba a pasar, se dejó llevar por sus propios sentimientos, lo aprendes a ver con buenos ojos. Eso te puede ayudar para darte cuenta de que él merece y necesita tu perdón.

Aunque él no te busque a ti, tú no debes de buscarlo a él, hay que tener precaución porque la astucia es importante. Lo buscas y qué tal si piensa mal de ti y cree que tú quieres hacer lo mismo otra vez. A lo mejor te maldice y se burla de ti.

Pero puedes escribirle una carta donde tú le declaras que estás dispuesto a perdonarle todo el daño que te ha hecho. Puedes hacer en silencio una oración en tu cuarto liberándote así de ese sentimiento terrible ó puedes clamar a Dios con humildad, sencillez y sinceridad y decirle:

Esto es algo muy grande para mí y muy difícil, pero en ti hay poder para que yo pueda ser perdonado y para que yo pueda perdonar también a mis enemigos.

Algunas personas nunca llegan a la etapa culminante del perdón y lo digo con tristeza. Si tú deseas incorporar el perdón en tu vida pero no sabes cómo empezar, quizá estos consejos puedan ayudarte.

Aprende a perdonar las ofensas menores, libérate de los malos sentimientos, desahoga tu ira o desilusión con una persona que pueda ayudarte. Recuerda que el sentirte escuchado es una experiencia muy reconfortante.

Escribe una carta a la persona que te hirió, explícale de qué manera te afectó su comportamiento y exprésale el deseo de saber lo que él siente y de resolver este asunto, de que tú estás dispuesta a perdonar esa agresión. Cura definitivamente la herida.

No pienses que confrontar a la persona es necesario, algunas personas tienen miedo de volver a ver el rostro del ofensor, esto no es indispensable. Se puede perdonar a la persona sin que nadie más intervenga.

Las personas a las que perdonamos tal vez nunca se enteren del daño que nos hicieron, ni de que hemos olvidado la ofensa, lo que importa es liberarnos del daño, si de alguna manera vemos a nuestro agresor, escucha sin interrumpirlo, ponle atención, dile que ya no guardas resentimiento y esto hará que se sienta más avergonzada la persona y puede ayudarte a conducirte al perdón.

Piensa en lo malo que es guardar rencor, busca la ayuda de Dios en la oración, la oración tiene un poder maravilloso.

Muchas personas al orar sienten un gran desahogo en su alma porque saben que están hablando con un ser supremo, con Dios, el Todopoderoso, el Eterno, saben que están llevando su carga y pueden encontrar reposo en alguien que puede cargarla y llevarla, porque tiene el poder que tu no tienes, sobrenatural para sanar y reconfortar tu alma.

Cuantas personas se han enemistado por diferentes circunstancias y hoy se han reconciliado y viven felices, piensa en la felicidad de perdonar, ya que el perdón te va a conducir a una verdadera paz interior, una vez que perdonamos puedes gozarte, puedes ser libre, experimentas sentimientos más profundos, ya no estás entumecido emocionalmente, ya puedes experimentar sentimientos de gozo, de paz, de afecto y los buenos sentimientos te preparan el camino para una verdadera curación de esa herida.

El perdón trae libertad
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