Abuso Sexual Infantil II Parte: Cómo ser sanado de ese torbellino interior
 

Deja que la víctima exprese su dolor
 

Por: Dr. Sergio Canavati Ayub

La represión de los sentimientos en las víctimas de abuso sexual es común. Las víctimas en ocasiones pueden reportar una incapacidad para sentir enojo.

Cuando éste es el caso, una meta importante es motivarlos a que sean más sensibles a las emociones y los sentimientos, que puedan sacar la ira que tienen reprimida desde hace mucho tiempo; esto les dará gran libertad.

Los padres deben ser pacientes al explorar los sentimientos que puedan ser o no relevantes en el asunto. Debes estar consciente que los niños que han sido abusados sexualmente expresan sus sentimientos a través de la agresividad o el comportamiento sexual inapropiado. Necesitan saber cómo expresar sus sentimientos. Una relación con un consejero profesional puede proveerles esto.

Cuando la persona ha sido víctima del abuso sexual tiende a encerrarse completamente en su propio mundo: tiene miedos, tiene culpa, tiene vergüenza, no quiere traicionar a la persona que lo abusó sexualmente, se endurecen sus sentimientos, viene una parálisis en sus emociones, se vuelve menos social, y no es muy expresiva la persona.

Sin embargo, hay que ayudarlos para que esa concha que los encerró y que esconde tanto dolor, tanta angustia, tanta ira, tanto odio, tantas anormalidades emocionales, pueda empezarse a abrir, con esa sabiduría, esa habilidad de consejero, para que entonces todo lo que estaba adentro de esta concha pueda salir.

Esto trae un desahogo, una libertad primaria, una iniciación de la terapia para poder ayudar a la víctima del abuso sexual. Déjalos que expresen su dolor.

Al ser abusados, los niños van a tratar de sobrevivir como adultos jóvenes, sin embargo el abuso sexual daña el crecimiento o el desarrollo emocional del niño cuando se convierte en un joven adulto.

Los daños son innumerables, hemos mencionado algunos de ellos. La mayoría de los adolescentes no fácilmente admiten sus pérdidas, por ejemplo, que han perdido quizás su infancia, la felicidad de la niñez y de la preadolescencia.

Es muy duro que te hagan algo así. Solamente el que lo ha vivido y lo ha experimentado sabe.

Si tú has sido objeto de un abuso sexual, sabes de lo que te estoy hablando, tú sabes los sentimientos que abriga tu corazón, de vergüenza, de culpa, de temor, de miedo, de infelicidad, de tristeza, de angustia, de que no vales nada, de que no mereces nada, de que eres un estorbo, que ya no quisieras vivir.

Te robaron una parte importantísima de tu vida, te dañaron injustificadamente. No había ningún motivo por el cual te hicieran eso, sufriste demasiado, hoy te sientes impotente, no lo has hablado con nadie, lo llevas como un secreto, como esa concha que está bien cerrada, bien hermética, no dejas que ni siquiera salgan los sentimientos, ni la quieres abrir, ni que alguien te ayude.

Yo puedo comprender tu sentimiento y tu sufrimiento, yo sé que no eres culpable de ese abuso sexual, fuiste víctima, es diferente.

Es importantísimo que sepas también que puedes recuperar la felicidad de esos años, que puedes ser sanado no importa lo mucho que hayas sufrido. La felicidad posterior será superior si tú estás dispuesto a ser ayudado, esa es tu parte importante.

La verdadera compasión
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